(3) PRÓXIMA, de Alice Winocour.

¿TRABAJO O FAMILIA?
Esta producción francesa se inscribe en la actual moda del cine sobre viajes espaciales pero con la particularidad de que el relato transcurre por entero en nuestra Tierra pues el núcleo dramático del film (poco o nada hay en el mismo de aventuras planetarias) es el entrenamiento de una astronauta (Sarah, encarnada por la actriz Eva Green) en la Agencia Espacial Europea antes de emprender un largo viaje exploratorio por el espacio.
El personaje de Matt Dillon funciona como mera comparsa pues es ella la que asume como protagonista el punto de vista narrativo, planteándose el dilema entre familia y trabajo, entre tarea científica y maternidad, entre la necesaria atención a una hija de siete años (Stella) y las exigencias de una profesión de riesgo y altamente cualificada.
El problema se agrava al tratarse de una mujer sola, separada de su marido. Se nota la especial sensibilidad femenina de la guionista y directora al plantear la cuestión afectiva como el centro del conflicto aunque sin llegar a utilizar resortes melodramáticos, abordándose con serena normalidad el extenuante trabajo cotidiano de una madre que necesita prepararse para salir airosa en su peligrosa misión.
No hallamos superhombres ni tampoco la espectacularidad de la mayor parte de películas hechas en Hollywood. Lo que aquí adquiere la mayor importancia es el trabajo profesional, bastante rutinario, para simular las extremas condiciones físicas y psicológicas que van a encontrar los viajeros en su prolongada odisea espacial.
Galardonada con el Premio especial del Jurado en el festival de San Sebastián 2019, Próxima es un film de ficción con base documental y con rodaje en lugares auténticos (Rusia), aunque en su contexto realista se puede atisbar también cierta dimensión filosófica que hace compatible el humanismo con las particularidades científicas del espacio extraterrestre. No en vano la crítica ha evocado el cine de Andrei Tarkovski (Solaris).
La película juega con las dicotomías: lo íntimo y lo lejano, la persona y el espacio, lo pequeño y lo grande, etc. En los créditos finales aparecen fotografías de mujeres astronautas reales, todas con hijos e hijas, que tuvieron que luchar para triunfar en un mundo de hombres, incluso sorteando algún detalle machista. Lo que no veo claro es el carácter metafórico del relato: simplemente lo que hay es un paralelismo físico entre el abandono temporal de la Tierra y el alejamiento provisional de la madre respecto a su hija.
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