(3) DÍA DE LLUVIA EN NUEVA YORK, de Woody Allen

LA MAGIA DE LA GRAN MANZANA
La nueva película de Woody Allen es otra de sus estupendas comedias románticas que, ciertamente, poco tienen en común con la mayoría de títulos de este género que suele fabricar la rutinaria industria hollywoodiense. El cineasta ha enriquecido estos relatos de sentimientos y humor con una certera observación de costumbres y con la fértil invención de tipos humanos y situaciones.
En esta ocasión los protagonistas son una joven pareja de universitarios que decide pasar una jornada en Nueva York, donde la chica ha de entrevistar a un admirado director de cine. La mirada lanzada sobre el mundillo de la creación audiovisual está cargada de ironía (un realizador falto de inspiración creadora, un guionista en la sombra que aspira a la fama…) y los escarceos amorosos (con cambio de pareja) son explicados por el mismo W. Allen como una búsqueda de la propia identidad aunque más bien parece una consecuencia de la inmadurez e inseguridad que aparecen cuando la personalidad del individuo aún está en fase de formación. Porque la apariencia física, tan estimulante, no coincide siempre con la realidad interior de los seres humanos.
El viaje a la gran ciudad es un desplazamiento espacial que propicia un cambio de perspectiva: la meteorología evoluciona, se oculta el sol y aparece la lluvia pero incluso ello es percibido de diferente manera por los novios, igual que los muchos encantos del icónico distrito de Manhattan. Gatsby representa el “otro yo” de un W. Allen cuya mirada al pasado está teñida de nostalgia. La voz en off que conduce el relato es la del muchacho y sus aficiones (las baladas pop y el jazz, las cafeterías, los museos, etc.) son las mismas que las del maduro autor del film, cuya añoranza constituye la base de este homenaje sentimental a la gran manzana.
W. Allen utiliza idénticas fórmulas temáticas, narrativas y expresivas de anteriores películas: encadena las escenas con buen ritmo otorgándoles un aire afable, divertido pero melancólico. Sólo se permite una divagación dramática cuando la madre del protagonista decide confesar su turbio pasado.
Pero el núcleo argumental del film está constituido por la fragilidad de los sentimientos amorosos, cuyos momentos de éxtasis y de mutua fascinación resultan efímeros. El realizador hace fluir los acontecimientos de forma cálida y funcional empleando para ello diversos recursos: travellings, planos fijos, decorados, imágenes de exteriores, evocadora música y, sobre todo, unos diálogos tan imparables como inteligentes.
Contribuye al buen resultado final la presencia de eficaces actores y actrices (los más conocidos, Jude Law y Diego Luna) además de la fotografía de Vittorio Storaro con sus ocasionales imágenes amarillentas de tono crepuscular. El film ha sufrido el boicot por parte de la industria y de algunos de sus intérpretes, con una limitada distribución tras ser acusado el famoso realizador –de momento, sin pruebas– de haber acosado sexualmente a algunas actrices. La fuerte campaña del movimiento Me Too corre el peligro de convertir la necesaria y legítima reivindicación feminista en una renovada versión del puritanismo victoriano.
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