(4) EL GRAN BUSTER, de Peter Bogdanovich.

CARA DE PALO
Un documental biográfico que toma como objeto de estudio al gran Buster Keaton (1895-1966), conocido en España como “Pamplinas”, cuya figura ha sido abordada por el aplicado crítico, historiador y realizador de cine Peter Bogdanovich, responsable de 18 películas llegadas hasta nosotros y entre las que yo destacaría la magistral, emotiva e inolvidable The last picture show (1971).
Destaca el film ahora estrenado por la cantidad y variedad de materiales de archivo utilizados, con imágenes correspondientes a su infancia (trabajó desde niño en compañía de sus padres acróbatas), con sus cortometrajes, su época dorada en los años 20 con magníficos largometrajes mudos, su decadencia al llegar el sonoro y su forzoso retiro sólo interrumpido por esporádicas apariciones en la pantalla a las órdenes de otros directores, con su significativa presencia en El crepúsculo de los dioses (Billy Wilder, 1950) y Candilejas (Charles Chaplin, 1952). Su trabajo en Golfus de Roma (Richard Lester, 1965) constituyó su divertido canto de cisne cinematográfico.
Premiado como el mejor documental en el reciente festival de Venecia, no se olvida El gran Buster de recordarnos que Keaton había recibido un Oscar honorífico en 1960. Guiados ahora discretamente por la voz en off del propio Bogdanovich y, sobre todo, por los recuerdos y opiniones de varios cineastas, críticos y familiares del homenajeado. A España llegaron las reposiciones de sus numerosos cortometrajes entre 1982 y 1983, programándose tanto en cineclubs como en salas comerciales y en televisión, aunque ya se habían repescado antes, poco a poco, los mejores títulos de su fértil carrera: El maquinista de la General, El cameraman, El navegante, Siete ocasiones, El moderno Sherlock Holmes, etc.
Tampoco obvia El gran Buster la reseña de los puntos oscuros y los momentos del eclipse del excelente cómico norteamericano: la equivocada venta de su productora y de toda su obra en 1928 a una rutinaria MGM (que le restó independencia y creatividad), los divorcios, el alcohol, la ruina económica, el desempleo y el olvido de sus admiradores … hasta el momento de su pública recuperación.
La filmografía de B. K. está en la línea de los mejores creadores del cine USA y por sus características habría que emparentarlo con otro magnífico cómico (Harold Lloyd) e incluso con un especialista en el western y la aventura como Howard Hawks. La mezcla de humor y acción inspira unos trabajos de Keaton y de Lloyd caracterizados por su dinamismo, inteligencia y lucha contra un destino adverso, resultado de una sobria y efectiva determinación. Los personajes de Howard Hawks, por su parte, también se han enfrentado a las adversidades con talento, valor y profesionalidad –lejos de cualquier sentimentalismo—hasta resolver los conflictos y lograr la victoria final. Una auténtica gozada.
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