(4) VARDA POR AGNÈS, de Agnés Varda.

UN TESTAMENTO FÍLMICO
La última película que nos ha dejado Agnès Varda (1928-2019), belga de nacimiento y francesa de adopción, constituye la entrañable e ilustrativa autobiografía de la que fue una de las pioneras de la Nueva Ola gala con La pointe courte (1956), mediometraje con el que traspasó profesionalmente la frontera de la fotografía para instalarse definitivamente en el terreno del cine.
En casi todos sus filmes Varda realizaba un autorretrato de sí misma a la vez que contemplaba el mundo exterior con una curiosidad, asombro y pasión propios de una mente infantil. Cualidades humanas y méritos profesionales han ido de la mano, inseparables, cuando alternaba o mezclaba en su trabajo el documental y la ficción: lo hizo para contar su felicidad en París junto a Jacques Demy, su residencia en Los Ángeles (USA) o su viaje a Pekín (China) entre otros momentos clave en su devenir existencial.
Varda por Agnès utiliza materiales fílmicos de toda su carrera —lamentablemente, de sus 51 cortometrajes y largometrajes nosotros sólo hemos podido ver algo más de una docena— y el título de su compendio-despedida ha sido tomado de un libro que la Filmoteca francesa le dedicó con motivo de la programación de una amplia retrospectiva en 1994. Y el eje que vertebra el film ahora estrenado es el homenaje que se le rindió con ocasión de su 90 aniversario, cuando ella pronunció una conferencia en la que hizo balance de su vida y obra.
Sus cualidades humanas y profesionales son inseparables, se han influido mutuamente: la curiosidad, la solidaridad con la gente, el cariño a sus vecinos y a sus gatos, la ternura, el humor, el compromiso feminista, su amor al arte, la sinceridad, la visión mágica del mundo, la modestia, la cordialidad… Resulta difícil de olvidar su entusiasmo cuando descubrió la tecnología digital, las pequeñas y manejables cámaras, sus opciones estéticas, la reducción de costes…
Si grande fue mi emoción al redescubrir la maravillosa Cléo de 5 a 7 (1962) cincuenta años después de su estreno en Valencia, no menos conmovedor ha sido su adiós plasmado en los últimos fotogramas de Varda por Agnès: “Desaparezco en la bruma, os dejo”.
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