(3) GRACIAS A DIOS, de François Ozon.

LOBOS CUIDANDO EL REBAÑO
Sobre el tema de los abusos sexuales de los sacerdotes católicos a menores de edad se habían hecho ya algunas películas, aunque de desigual calidad: Las dos caras de la verdad (1996), La mala educación (2004), El club (2015) y Spotlight (2015). Un testimonio más explícito y una denuncia más contundente constituye el nuevo film del inquieto e inteligente cineasta francés François Ozon, del se habían estrenado 17 títulos en Valencia, que ha logrado el Gran Premio del Jurado en el festival de Berlín.
Basado en hechos reales y ubicado en la ciudad de Lyon —extremadamente católica y muy conservadora— el punto de vista del relato presta especial atención a las víctimas de las prácticas pedófilas en el seno de la Iglesia católica a partir del personaje de Alexandre, un joven creyente y practicante, casado y con hijos, que descubre son sorpresa e indignación que el cura que abusó de él treinta años atrás —llamado Bernard Preynat— todavía sigue desempeñando su labor “pastoral” entre los niños. A través de las redes sociales establece contacto con otras víctimas del mismo clérigo, fundando todos ellos la asociación “La palabra liberada”. Las denuncias ante el cardenal Philippe Barbarin, Primado de las Galias, sólo obtienen bellas y evasivas palabras como respuesta pero no un reconocimiento explícito de culpabilidad, la expresión de arrepentimiento y la necesidad de un castigo. El culpable ha sido trasladado repetidamente de una a otra parroquia. La ocultación conllevaba la posibilidad de reincidencia. La prensa y la justicia acabarán ocupándose del escándalo.
El film evita el morbo omitiendo mediante flasbacks elípticos el detalle de los actos lascivos y pese al prolijo informe sobre los delitos y sus negativas consecuencias se han dejado de lado algunas cuestiones tan complejas como profundas. La mayor parte de las fechorías han prescito ya a causa del transcurso del tiempo pero los ofendidos y perjudicados sólo pueden aplacar su angustia si los abusadores reconocen los hechos y piden perdón. Verbalizar los recuerdos traumáticos y exponerlos públicamente resulta también fundamental para recobrar el equilibrio psíquico perdido. No ha sido tarea fácil.
Interesante y valiente película en torno a un tema escabroso —hasta hace poco completamente tabú— que ha roto una larga impunidad, contribuyendo a que el papa Francisco decidiera convocar un cónclave de obispos y cardenales de todo el orbe, pese a que sus resoluciones no hayan llegado, en la práctica, hasta sus últimas consecuencias. Gracias a Dios es un relato pensado inicialmente como obra teatral y como documental pero su guionista y realizador optó por emplear un estilo que mezclara la ficción y el reportaje, con participación de unos magníficos actores. Como ha manifestado François Ozon, con su silencio “la Iglesia se protege a sí misma en vez de defender a los niños”.
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