(3) LAS HEREDERAS, de Marcelo Martinessi.

PEQUEÑO MUNDO ANTIGUO
El paraguayo Marcelo Martinessi (Asunción, 1973), tras estudiar cine en Londres, realizó algún documental y ocupó el cargo de director de la TV nacional, debutando en la realización cinematográfica con este interesante film —ganador de varios premios en el festival de Berlín y en otros certámenes— que recoge recuerdos e impresiones de su propia infancia. Narra en tono intimista la historia de Chela —que vive con su compañera sentimental Chiquita, ambas encarnadas por dos magníficas actrices—, una señora de más de 60 años hundida en una existencia rutinaria cuajada de manías, de resignación y carente de ilusiones que, perteneciente a una clase burguesa en decadencia, ha agotado los recursos familiares y debe malvender sus viejos muebles y objetos para poder subsistir.
El clima de estancamiento y declive viene expresado por una fotografía de tonos oscuros en los interiores y por el uso de planos fijos —especialmente sobre el rostro de la protagonista—, sirviendo perfectamente las imágenes para mostrar el enclaustramiento de unos seres humanos prisioneros de un universo desfasado y en descomposición que, sólo en apariencia, proporciona la seguridad cifrada en unos hábitos incapaces de evolucionar.
Chela se queda sola —Chiquita ha sido encarcelada por endeudarse fraudulentamente— y su inesperada independencia despierta en ella la necesidad de un cambio, de una apertura al exterior: sus salidas por la ciudad constituyen una metáfora de su peripecia interior, con sus desplazamientos en su coche-taxi —convertidos en un trabajo remunerado— y su relación con otras señoras de similar condición. Una nueva amiga extrovertida traerá la posibilidad de un renacimiento personal, de una apertura a la realidad de nuestros días.
El film —que ha causado cierto escándalo en la conservadora sociedad paraguaya— es fruto del lúcido y contradictorio sentimiento amor-odio del realizador respecto a su propio país al ser consciente de la asfixia que impide su evolución hacia una modernidad libre de prejuicios. Pero el tono de su crítica es siempre elegante y respetuoso. Las herederas es un sutil estudio psicológico de unos personajes fosilizados, moldeados por una determinada clase y entorno social. La precisa disección de unas vidas situadas “entre el deseo y la represión” (Marcelo Martinessi) en una película tan sobria como llena de matices, tan elíptica como entrañablemente humana. Un ejemplar relato, escueto y pudoroso, cuyo estilo descansa sobre todo en la riqueza y la abundancia de las sugerencias.
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