(3) LA NOVIA DEL DESIERTO, de Cecilia Atán y Valeria Pivato.

UNA MUJER A LA DERIVA
Esta coproducción entre Argentina y Chile constituye el debut en la dirección de Cecilia Atán y Valeria Pivato, dos profesionales que habían trabajado en cometidos técnicos para Pablo Trapero, J. J. Campanella, Christopher Hampton y Juan Solanas. Rodada por orden cronológico, la película comienza con un plano simbólico de varias mujeres caminando por una carretera, como intentando alcanzar su propio destino. Entre ellas se encuentra Teresa —la excelente actriz chilena Paulina García, que se hizo famosa en Gloria (2013) de Sebastián Lelio, aquí sin maquillaje y con los cabellos grises—, que con El Gringo (Claudio Rissi) forma la pareja protagonista de este estupendo retrato de una mujer madura lastrada por la inseguridad, el miedo y la desorientación frente al futuro.
Teresa es una empleada doméstica que, repentinamente y tras haber servido durante décadas en casa de una familia de Buenos Aires, se queda sin trabajo y debe buscar otro en una lejana ciudad. En medio, el espacio —real y a la vez alegórico— de un paisaje desolado en el que ella va a encontrar a un vendedor ambulante que, a través de una relación amorosa, la ayudará a descubrir nuevas perspectivas y oportunidades vitales.
Esta road movie intimista y pausada —muy bien acogida en los festivales de Cannes y La Habana— fue realizada con un presupuesto muy modesto, con escasos medios, sólo compensado por la sensibilidad y pericia de las directoras para trazar la trayectoria de una mujer sumida en la soledad y la incertidumbre pero también dispuesta a asumir su propia libertad. Con escasos diálogos y muchos silencios, La novia del desierto es un film intimista repleto de grandes dosis de humanidad, delicadeza y ternura, constituyendo un buen ejemplo de ese cine moderno que no pretende explicar cosas ni adoctrinar al espectador sino que utiliza la cámara para dar un testimonio objetivo de unas situaciones recreadas, captadas y mostradas desde una óptica puramente fenomenológica. Husserl estaría contento.
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