(3) COMO NUESTROS PADRES, de Laís Bodanzky.

RETRATO DE MUJER EN FAMILIA
Me encuentro de sopetón con una buena película brasileña dotada de una estupenda descripción de personajes, un riguroso despliegue de psicologías y un cuadro familiar de gran complejidad en el que coexisten tres generaciones. Nos hallamos ante un grupo perteneciente a la clase media-alta de Sâo Paulo, adscrito a un estrato social de elevado nivel cultural y laboral.
Aunque el eje del relato es Rosa —encarnada con acierto por Maria Ribeiro, actriz, escritora, directora y presentadora de TV—, persona de unos 40 años que debe asumir los variados papeles de hija, madre y esposa —episódicamente, también el de amante—, con aspiraciones a alcanzar la perfección en todos ellos y que, como heredera del espíritu de la modernidad, ambiciona conjugar las habituales labores en el hogar con el trabajo emancipador en una empresa. Un gran reto.
La hasta ahora desconocida Laís Bodanzky —¿quizás familiar del magnífico realizador brasileño Jorge Bodanzky, que estuvo en la primitiva Filmoteca Valenciana, en 1983, para presentar un ciclo de sus películas?— utiliza algunos datos autobiográficos para elaborar su guión y vierte sus experiencias personales en este film que nos muestra a la protagonista preocupada, llena de dudas e inquietudes, en la búsqueda de la propia identidad, agobiada porque sus aspiraciones e ideales no hallan encaje en la prosaica realidad de cada día.
El film es la proyección de una mirada feminista de segunda generación, la de una hija que debe agradecer a su madre el haberse rebelado contra una sociedad patriarcal abriendo el camino a la libertad y a la realización personal de las más jóvenes, porque puede percibirse que muchos sentimientos y pensamientos exhibidos en el relato escaparían seguramente a la condicionada percepción y limitada sensibilidad de la mayoría de varones, directores de cine incluidos.
Como nuestros padres es un discurso multifacético que aborda sin dogmatismo ni didactismo alguno los numerosos pliegues existentes en las relaciones entre madres e hijas así como entre las propias mujeres en general, desplegando ante nosotros un amplio repertorio de observaciones y reflexiones en las que se mezclan secretos, afectos y rivalidades; la identificación, la dependencia y la admiración; la envidia, el egoísmo y la enfermedad; sin olvidar la crisis de la pareja entre incertidumbres y frustraciones. Una grata sorpresa.
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