(4) AMANTE POR UN DÍA, de Philippe Garrel.

LA VERDADERA NATURALEZA DEL AMOR
De los 25 largometrajes realizados por Philippe Garrel (París, 1948), Amante por un día es el primero que llega a Valencia en explotación comercial aunque ya habíamos podido ver La concentración (1968) en la Filmoteca Nacional —cine Jerusalén, en junio de 1977— y la Filmoteca Valenciana (IVAC) había programado una selección de películas suyas en octubre de 2007.
Cineasta “maldito”, absolutamente minoritario, cuya radical independencia le llevó a rechazar su integración en la industria —valiente actitud con ventajas creativas pero también con inconvenientes financieros— en cuyo seno se acogieron Truffaut, Rohmer, Chabrol, Lelouch, Demy, etc… pese a la común procedencia de todos ellos, la Nueva Ola francesa, a cuyo estilo fundacional nos remite este film: escasez de medios, escenarios naturales, brevedad del relato, rodaje en celuloide de 35 mm en blanco y negro, su propia hija Esther entre los protagonistas, una voz en off que narra en tercera persona y que viene a complementar los diálogos, algunos largos travellings por las calles siguiendo a los personajes, gran libertad en el tratamiento del tiempo mediante elipsis y síntesis, etc.
Discurso sobre psicologías individuales y no sobre colectivos sociales, objetivo primordial del Neorrealismo italiano, este nuevo film es una auténtica perla —una obra maestra al parecer de algunos comentaristas— que destaca especialmente por la sutileza, la profundidad y la justeza con que observa las relaciones amorosas de la pareja además de las paterno-filiales. Podríamos decir que se trata de una obra netamente romántica si no fuera por la sombra rompedora de Mayo del 68 que, actualizando los rasgos más clásicos, se proyecta sobre un relato que pone al día la lectura tradicional del deseo, la rutina, la infidelidad, la sexualidad, la ruptura, la reconciliación, el dolor, el gozo y la desesperación. Los celos no son ya sólo consecuencia del sufrimiento producido por la pérdida de la persona amada sino también una manifestación de rabia por el amor propio humillado. Vivencias que tienen lugar con ausencia de reglas lógicas a las que acogerse.
Philippe Garrel ha reconocido numerosas influencias en su cine, como las de Jean Eustache, Robert Bresson, Ingmar Bergman y J. L. Godard sin olvidar las aportaciones psicoanalíticas de Sigmund Freud. Y ha dejado a su vez varios discípulos que han asimilado su estilo preciso, realista y volcado en lo esencial, como Gus van Sant, Olivier Assayas, José Luis Guerín y otros.
En Amante por un día ha plasmado numerosos detalles autobiográficos, como es propio de los verdaderos “autores”, que siendo singulares él ha convertido en ordinarios, cotidianos e incluso banales bajo un paraguas freudiano que en esta ocasión autoriza a citar el “inconsciente femenino” y el “complejo de Electra”.
Definido como “el cineasta de la melancolía y el desapego” (Enrique Vila-Matas), Garrel ha puesto a nuestra disposición una pequeña joya de obligada visión para toda persona interesada en contemplar las peripecias y contradicciones existenciales de los seres humanos de nuestro tiempo sin dejar de gozar de un cine tan lúcido y sencillo como honesto y de alcance testimonial.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.