(3) LADY BIRD, de Greta Gerwig.

DEL INSTITUTO A LA UNIVERSIDAD
Premiada con el Oso de Oro a la mejor comedia y a la mejor actriz (Saoirse Ronan), Lady Bird es la primera película dirigida en solitario por la actriz y guionista Greta Gerwig, conocida por haber protagonizado a las órdenes de su marido Noah Baumbach los filmes Frances Ha (2012) y Mistress America (2015). Se trata de una modesta producción independiente realizada sobre un tema muy frecuentado por el cine USA pero tratado esta vez con inteligencia y una buena observación de costumbres.
Lady Bird es el nombre con que es conocida Christine McPherson, estudiante de un instituto católico en Sacramento (California) que, en 2002, debe atravesar su adolescencia con los consabidos problemas y dudas propios de su edad: la rigurosa educación religiosa, la preocupación por su aspecto físico, el despertar de la sexualidad y la iniciación al sexo, los primeros fracasos amorosos, la amistad como necesario apoyo frente a las más íntimas inseguridades, los conflictos paterno-filiales, etc.
La muchacha desea huir de su ciudad natal para trasladarse a la costa atlántica e ingresar en una universidad de prestigio. Las diversas situaciones inciden en lo más trillado pero en su concreción fílmica hay una honestidad y un entorno de lo más realista —personajes ordinarios y diálogos cotidianos— que deben valorarse positivamente. Por eso me parece bien documentada esa etapa problemática que es el tránsito hacia la madurez y que solamente el paso del tiempo, la experiencia, los errores cometidos y una nueva perspectiva vital permiten alcanzar.
El film se acerca a su desenlace con una evocación nostálgica de la infancia en que transcurrió, cuando el futuro es aún una gran incógnita. Asistimos, pues, a unos momentos —transitorios— de rebeldía contra todo y contra todos —el “matar al padre” freudiano— como escenario imprescindible para alcanzar la dosis precisa de libertad en el desarrollo de la propia personalidad.
Estimable retrato de los lugares, creencias y relaciones que acompañan a todo proceso de crecimiento y de formación, Lady Bird termina con la reconciliación afectiva entre los miembros de la familia, cuando la joven protagonista accede finalmente a las cartas que su madre le escribió pero nunca llegó a mandarle.
Destacan algunas canciones pop que se escuchaban en los años 90 y que componen el marco sentimental de unos momentos clave en el devenir del ser humano. Todo ello, mucho mejor y más extensamente explicado, pudimos verlo en esa obra maestra imprescindible titulada The last picture show (Peter Bogdanovich, 1971).
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