(3) THE PARTY, de Sally Potter.

LA CELEBRACIÓN
Son muchas las películas que, en la Historia del Cine, han recurrido a las clásicas unidades de lugar y de tiempo para desarrollar sus discursos, relatos protagonizados por personajes reunidos por algún motivo concreto que se van relacionando en un espacio acotado y durante unas horas precisas, frecuentemente haciendo coincidir el tiempo real de los acontecimientos representados con el tiempo cinematográfico, con la duración del relato fílmico. La estructura teatral de esta propuesta resulta evidente, por lo que tanto los intérpretes como los diálogos adquieren una importancia capital para perfilar a los personajes y mostrar con precisión sus respectivos caracteres, ideología y sentimientos.
En esta ocasión son siete los personajes que se reúnen en una vivienda para celebrar el nombramiento de la dueña de la casa como ministra de Sanidad del gobierno británico, pero la aparente cordialidad del encuentro entre amigos y parientes acabará de forma catastrófica conforme todos ellos se van quitando las caretas y las educadas apariencias van dejando aflorar las miserias de cada uno. Esta exposición de hondos conflictos y de profundos dramas tiene como objetivo la denuncia de la hipocresía y la deshonestidad ahora reinantes, especialmente entre la gente perteneciente a una clase social privilegiada.
La multidisciplinar e inquieta Sally Potter (Londres, 1949), que se define como “moderadamente revolucionaria y algo anarquista”, de la que conocíamos Orlando (1992), La lección de tango (1997) y Vidas furtivas (2001), ha filmado esta vez en blanco y negro para acentuar la crudeza del relato y para evocar el realismo testimonial del free cinema de los años 60, centrando su homenaje en los autores teatrales de ese período: J. B. Priestley, John Osborne, Harold Pinter, Edward Albee, etc. The Party va desgranando un amplio repertorio de temas socio-políticos desde un punto de vista muy crítico aunque procurando no caer en el dogmatismo: muy interesante en este sentido la matización sobre las diversas maneras de entender el feminismo.
La película fue rodada, con muchos ensayos previos y en sólo 15 días, a partir de un guión de la propia Sally Potter y su brevedad (71 minutos) permite condensar al máximo los muchos y conflictivos asuntos abordados, operación que han hecho posible los magníficos actores y actrices que intervienen: Kristin Scott Thomas, Bruno Ganz, Emily Mortimer, Timothy Spall, etc. La cámara va captando en planos fijos, a veces con ángulos algo rebuscados, a los personajes individualmente o a varios de ellos para mostrar sus características, recurriendo a veces a cierta arbitrariedad, a convenciones comúnmente admitidas que desafían los rigores de la lógica para alcanzar una mayor fuerza y eficacia narrativa o expresiva: arquetipos, temas recurrentes, conductas algo forzadas, situaciones previsibles, etc.
The Party es una interesante comedia dramática de tintes negros en la que algunos elementos serios han sido llevados al límite de la exageración para reforzar la contundencia de la sátira. Muy buenas las canciones y piezas musicales seleccionadas, de diferentes estilos y oídas en un tocadiscos, para la banda sonora.
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