(2) C’EST LA VIE, de Olivier Nakache y Eric Toledano.

UN DÍA DE BODA
Presentada en los festivales de Toronto y de San Sebastián, la película C’est la vie ha constituido un gran éxito comercial en Francia. Se trata de una comedia coral de los realizadores de Intocable (2011) y Samba (2014) que, en esta ocasión, han prescindido de todo resorte sentimental para abordar el humor de una forma clásica y directa, centrando su atención en distintas situaciones y en diversos tipos humanos mediante una puesta en escena tan elemental como eficaz y con un ritmo que nunca desfallece ni concede al espectador ocasión alguna para el aburrimiento. Una vez más, sus realizadores han elaborado un producto digno, divertido, con la mirada puesta en una amplia audiencia, la que multiplica los rendimientos en la taquilla.
En el cine los relatos de carácter colectivo, con intervención de numerosos actores y actrices, vienen de lejos y admiten multitud de estilos como demuestran algunos emblemáticos títulos cuyo referente argumental común o habitual es la cantidad y diversidad de personajes reunidos con motivo de alguna celebración festiva: El ángel exterminador (Luis Buñuel, 1962), El guateque (Blake Edwards, 1968), Un día de boda (Robert Altman, 1978), Las truchas (José Luis García Sánchez, 1978), etc.
Para escribir el guión de C’est la vie los directores se documentaron ampliamente observando con atención estos ambientes, estudiando la conducta de los asistentes y evocando los propios recuerdos al respecto además de contar con la inteligente colaboración del actor Jean-Pierre Bacri, que encarna aquí a Max, el experto gerente dedicado a organizar profesionalmente fiestas y banquetes. En esta película asistimos a una lujosa boda que se celebra en un château campestre del siglo XVIII rehabilitado, donde se entremezcla el personal asalariado —camareros, cocineros, músicos, un fotógrafo, etc. — y los invitados al enlace, pertenecientes a la burguesía parisina, que acompañan a los recién casados y a sus familiares.
El carácter satírico del film viene dado por una caricaturización de los personajes, bastante arquetípicos, que resaltan sus rasgos más característicos y que sirve para ridiculizar sus poses y gestos de “nuevos ricos”, a lo que ayudan un vestuario y unos diálogos pertinentes, diríase berlanguianos. También podría afirmarse que el relato discurre montado sobre una colección de tópicos pero sucede que también los lugares comunes tienen su origen y fundamento en la propia realidad.
Film en cierto modo coreográfico cuyo aspecto caótico está plenamente justificado por la imprevista aparición de fallos e incidencias que, dentro de su lógica, desbordan los planes de los organizadores. Reparos: quizá una excesiva ligereza en sus planteamientos y la reiteración de algunas escenas. Un montaje más riguroso podría haber mejorado el producto.
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