(3) WONDER WHEEL, de Woody Allen.

CARRUSEL HUMANO
La película nº 50 de Woody Allen debe adscribirse al bloque de sus obras dramáticas —aunque su fama proceda sobre todo de sus comedias— y presenta a cuatro personajes cuyas relaciones se originan a consecuencia de su trabajo o de su cercanía al neoyorquino parque de atracciones sito en Coney Island, Brooklyn, lugar venido muy a menos en opinión de un Woody que recuerda su infancia con evidente nostalgia).
El guión, los diálogos y los personajes están construidos con la maestría de muchos de los trabajos del director de Delitos y faltas (1989), aunque en esta ocasión resulte patente la poderosa la influencia del teatro USA contemporáneo ya que muchos tipos, situaciones y conflictos nos remiten a conocidas piezas escénicas de Eugene O´Neill, Tennesee Williams o Arthur Miller, coincidentes en su estilo realista a la hora de distanciarse críticamente del “sueño americano”, la quimera de un éxito y una fortuna que resultan inalcanzables para esa mayoría ocupada en los afanes ordinarios de cada día.
Protagonizan el film un apuesto joven empleado como salvavidas playero —Mickey, un aspirante a dramaturgo que asume el punto de vista narrativo y que evoca los acontecimientos mediante una voz en off—; Humpty, el encargado del tiovivo; su frustrada y alcohólica esposa Ginny, y la hermosa Carolina, la hija del feriante que escapa de un matrimonio desgraciado y se oculta de su ex marido, un delincuente vengativo.
La calidad del film se sustenta en numerosos elementos, aunque no deben obviarse la excelente labor interpretativa de Kate Winslet y una fotografía de Vittorio Storaro que pinta con cálidos colores la luminosidad esplendorosa del verano —además de reproducir el brillante look cromático del cine de los años 50— aunque en modo alguno se trate de un relato gratificante. La convivencia entre los personajes no resulta fácil al estar sus sentimientos infectados por la fatalidad y por sus propios errores, conducentes al fracaso y la infelicidad.
Wonder Wheel me ha gustado por su estructura narrativa, la sabiduría de la puesta en escena, el talento vertido en los diálogos, la construcción de personajes, la disciplinada labor de actores y actrices… Rodada en unos pocos exteriores, en decorados y con la creación digital de muchas de las imágenes —el parque de atracciones con la gran noria, el carrusel, la montaña rusa, la multitud, etc.—, nos encontramos ante una película presidida por las pasiones incontroladas y las decisiones equivocadas de unos seres humanos que intentan en vano salir a flote y encauzar sus vidas. Muy recomendable.
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