(3) 50 PRIMAVERAS (AURORE), de Blandine Lenoir.

RETRATO DE UNA MUJER MADURA
La magnífica actriz y realizadora Agnès Jaoui, en el papel de Aurore, se ha puesto a las órdenes de Blandine Lenoir para protagonizar 50 primaveras, uno de los mejores filmes femeninos y feministas vistos últimamente, pese a los reparos de algunos comentaristas posmodernos que lo acusan de utilizar demasiados lugares comunes, sin percatarse de que su final esperanzador —la recuperación de la autoestima— obedece a ese optimismo de la voluntad que reclama el pensamiento de la izquierda.
La película hace un interesante retrato de la protagonista, domiciliada en La Rochelle, lejos del confortable ambiente burgués de la capital. Aurore es una mujer de 50 años, menopáusica, con alteraciones fisiológicas y psicológicas, separada del marido, en busca de empleo, futura abuela, con una pérdida de gracilidad corporal que la hace “invisible” para muchos hombres —aunque recibe algún piropo en la calle, un gesto machista pero a veces gratificante—, con carencias afectivas, soportando el síndrome del “nido vacío” por la independencia de sus hijas, amenazada por la soledad, atribulada por sus cambios hormonales…
Nos hallamos ante una notable comedia dramática, tan sesuda como entretenida, que describe sabiamente la angustia de las mujeres cuando han perdido su lozanía juvenil sin advertir que ha empezado una nueva etapa en la que —sin temor a la vejez— también es posible una plena realización personal. El relato es modélico no sólo por la calidad y el realismo de la información que suministra sino también por la “densidad” conceptual que nos transmite en cada escena. No hay, pues, planos de relleno sino una gran riqueza de observaciones sobre Aurore y su entorno. Un ejemplo: la clase de ropa que lleva, ajustada, define su estatus social y exterioriza el exceso de peso propio de un físico corriente.
Directora y actriz han insistido en el hecho de que actualmente hay pocos papeles para las actrices de mediana edad, las que han superado los 40 años pero que no son aún abuelas. Su presencia en este film sirve también para constatar la evolución de las chicas, con un mayor acceso a la información y educación en materia sexual, más sinceras y sin tabúes, con su entrada en el mundo del trabajo, los anticonceptivos y la política, aunque no se ha eliminado completamente la discriminación que persiste a favor de los varones. Y ello no será posible sin un proceso de toma de conciencia de las mujeres que las impulse a reivindicar la plenitud de sus derechos.
Un film honesto y bien documentado que apela, en definitiva, a la necesaria solidaridad femenina.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.