(2) ESTADOS UNIDOS DEL AMOR, de Tomasz Wasilewski.

CUATRO MUJERES EN BUSCA DE LA FELICIDAD
Nos llega el tercer largometraje del polaco Tomasz Wasilewski —cineasta nacido en 1980, procedente del teatro y la TV— tras obtener el Oso de Oro al mejor guión en el festival de Berlín 2016. Nos narra la vida insatisfecha y solitaria de cuatro mujeres en la Polonia de 1990, cuando la caída del Muro de Berlín da paso a la plena independencia nacional y se va imponiendo una libertad personal a cuyo aprendizaje cuesta adaptarse. El nuevo capitalismo trae una mayor autonomía privada, el consumismo, el vídeo casero VHS, el aerobic, la música pop occidental, los viajes al extranjero… Pero las más íntimas aspiraciones y los secretos deseos no se resolverán fácilmente.
Las nuevas condiciones sociales y culturales chocan con la fosilización de los mecanismos sentimentales, las costumbres y las pautas morales tradicionales. La represión sexual establecida por el comunismo va a ser continuada por un renacido catolicismo. El puritanismo afectará especialmente a las mujeres, que se van a sentir insatisfechas, culpables, temerosas, solitarias y perdidas. En el film vemos cuatro casos distintos, de señoras y muchachas vecinas del mismo bloque de viviendas, en un relato coral dividido en cuatro episodios que van desarrollándose de forma sucesiva y continuada. La liberación individual, el cambio de vida, resultará difícil y dolorosa, forzando la toma de decisiones equivocadas.
La narración es bastante elíptica, con planos largos y algunos insertos: la cámara hace de testigo presencial que nos suministra información de los acontecimientos evitando lo melodramático para facilitar el distanciamiento reflexivo del espectador. Pero la visión del realizador es pesimista y apenas hay atisbos de esperanza, prevaleciendo una fotografía sin cromatismo convertida en gris, reflejo de una existencia fría, anodina e insatisfecha.
El realizador ha declarado haberse inspirado en recuerdos propios de cuando tenía diez años y observaba a las amigas de su madre. La “apertura” —en un país muy conservador— del cine polaco se nota en la aparición de algunos desnudos y en la presencia de una mujer lesbiana. Se aprecian también los ecos lejanos de Michelangelo Antonioni —los tiempos muertos, la incomunicación— con la atención prestada a la angustia de vivir, la incomprensión de las crisis existenciales, el aislamiento del individuo, la falta de vías de escape, la dificultad para encontrar soluciones, la cobardía para buscar nuevos caminos… Tomasz Wasilewski no alcanza, desde luego, la maestría de cineastas con similares preocupaciones como Krzysztof Kieslowski, Ulrich Seidl o Cristian Mungiu.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.