(3) CLASH, de Mohamed Diab.

PRIMAVERA ÁRABE EN EGIPTO
Mohamed Diab, el cineasta responsable de la interesante Egipto 678 (2010), un agudo testimonio sobre el constante acoso a las mujeres por el machismo dominante, ha realizado su segundo largometraje como un documental reconstruido —aprovechado también algunos planos tomados en directo de los violentos enfrentamientos callejeros— sobre los complejos acontecimientos sobrevenidos en el país desde la destitución por el ejército del vitalicio presidente H. Mubarak (2011) y las elecciones libres en las que vencieron los Hermanos Musulmanes liderados por el islamista moderado Mohamed Morsi, hasta los violentos disturbios posteriores a su derrocamiento militar y encarcelamiento (verano de 2013), protestas que acabaron siendo duramente reprimidas por unas Fuerzas Armadas que, seguramente, añoraban la estabilidad de H. Mubarak y su Partido Nacional Democrático.
El film constituye una incisiva y clarificadora mirada sobre el fracaso de la Primavera Árabe en El Cairo y presenta la originalidad de transcurrir casi enteramente en el interior de un furgón policial, donde han sido encerrados manifestantes de las diversas tendencias enfrentadas. Este artificio narrativo funciona eficazmente como metáfora de la caótica situación general del país, sobre los choques entre distintas concepciones políticas y religiosas, aunque prevalezca la atención prestada a los seres humanos en su dimensión individual —ideas, necesidades físicas, sufrimiento, familiares, preocupaciones cotidianas, etc.—.
Se trata de un relato de fuerte componente simbólico montado sobre una base realista —filmada cámara en mano y en un espacio claustrofóbico— que llamó la atención en los festivales de Cannes y de Valladolid. La cámara filma en continuo movimiento para dar la sensación de autenticidad y de tensión con la ayuda de luces nocturnas en exteriores así como de ruidos e imágenes captadas desde las ventanillas del vehículo blindado.
Mohamed Diab ha ejercido como activista demócrata aparte de trabajar como cineasta interesado en recrear un momento clave en la historia de Egipto, un país dividido y enfrentado entre diversas tendencias: para los Hermanos Musulmanes la intervención militar fue un golpe de Estado que traicionó a los votantes pero que constituyó una Revolución para los partidarios de una democracia estilo occidental y una necesaria intervención de estabilización nacional para las Fuerzas Armadas.
El realizador ha evitado impartir doctrina para operar con la mayor objetividad y neutralidad posibles, dando testimonio de los bandos enfrentados centrando especialmente su atención en los individuos, en sus creencias, comportamientos y motivaciones. Todos son ciudadanos, al fin y al cabo. Paradójicamente, el furgón que empieza siendo una cárcel acaba sirviendo de refugio frente a la incontrolada violencia de los manifestantes. La variedad de matices no impide sin embargo la conclusión de que hubo una marcha atrás y que la situación política terminó estancada al ser controlada por el poder del ejército.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.