(1) PIRATAS DEL CARIBE: LA VENGANZA DE SALAZAR, de Joachim Rønning y Espen Sandberg.

CARNAVAL DE LOS MARES
No pocos disfrutamos la primera entrega de la saga Piratas del Caribe, un hercúleo e indisimulado reclamo propagandístico de un espectáculo temático de Disneyland Park (California, USA) que supuso, sin embargo, el intento más serio desde hacía lustros de reflotar un género cinematográfico en franca decadencia, especialmente tras el batacazo monumental de La isla de las cabezas cortadas (1995) de Renny Harlin.
Así pues, Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra (2003) configuró un entretenido relato de aventuras que aunaba personajes y escenarios propios de esta temática con elementos fantásticos propios de ancestrales mitos y leyendas, que además contaba con el abundante soporte financiero de la Casa del Ratón. El resultado, lógicamente, fue una colorida superproducción con cierto regusto clásico, visualmente apabullante e interpretada por rostros famosos de Hollywood, que atrajo la atención del público hasta el punto de engendrar una rentable franquicia fílmica que, no obstante, ha ido perdiendo fuelle al convertirse en una caricatura de sí misma.
Desgraciadamente, Piratas del Caribe: La venganza de Salazar no aporta nada nuevo que reseñar este peculiar universo pirata de Disney. El bufonesco capitán Jack Sparrow, centro de gravedad sobre la que gira todo el serial, sigue aportando el ingrediente cómico al conjunto, evidenciando el tono liviano de la historia. Pero ni siquiera el nudo central, resumido en el intento de un hijo por acabar con una maldición que condena a su padre a vagar eternamente por el ancho océano, consigue emocionar y los personajes secundarios —especialmente la joven pareja protagonista encarnada por Kaya Scodelario y Brenton Thwaites— dejan bastante que desear, incluido un esmerado Javier Bardem, encarnando al villano de turno, conocido como “El matador del Mar”. ¡Ole!
Por su parte, la dirección es llevada a cabo de manera funcional pero sin destellos de originalidad por Joachim Rønning y Espen Sandberg, responsables de aquella cinta de expediciones marinas llamada Kon-Tiki (2012).
Una breve escena post-créditos revela la posible continuación de la saga, contradiciendo lo narrado en la película: a pesar de haber eliminado el componente mágico de la trama tras haber sido destruido un poderoso artefacto, aparece la silueta monstruosa de un personaje fallecido en una entrega anterior. ¿Incongruencia? Posiblemente. ¿Dará dinero? Seguro.
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