(3) GOODBYE BERLIN, de Fatih Akin.

DOS ADOLESCENTES ANTE EL MUNDO
El octavo largometraje de Fatih Akin, un alemán de origen turco, responde al prestigio logrado por el cineasta responsable de títulos como Contra la pared (2004), Al otro lado (2007) o Soul kitchen (2009), pero esta vez el guión no es original sino una libre adaptación de la novela superventas Tschick (2010) de Wolfgang Herrndor, que tuvo también una versión teatral, aunque el escritor falleció prematuramente antes del estreno de la película. Fatih Akin se encargó del proyecto tras el abandono del director inicialmente previsto y enseguida se dio cuenta de que eran imprescindibles dos actores adolescentes de fuerte personalidad para que sus personajes engancharan al público.
El resultado es satisfactorio y el film obtuvo el Premio del Cine Europeo y el del Público Joven 2017. La estructura narrativa es la de una road movie, la de una escapada por tierras de Alemania del Este en un coche Lada robado durante unas vacaciones de verano. Los filmes de viaje o de carretera —como La escapada (1962) de Dino Risi, Cuenta conmigo (1986) de Rob Reiner o Thelma y Louise (1991) de Ridley Scott— narran trayectos físicos pero también cambios psicológicos o morales. En esta ocasión el berlinés Maik y el ruso inmigrado Andrei, de 14 años, entablan una fuerte amistad e inician una aventura que cambiara sus vidas. En su escapada conocerán a gente nueva, romperán las reglas establecidas, la experiencia madurará su personalidad y encontrarán su lugar en el mundo, especialmente en sus relaciones con las chicas, aprendiendo a manejar sus pulsiones amorosas y sexuales.
Los dos jovencitos protagonistas son muy distintos: el uno serio y acomplejado, el otro extrovertido y atrevido, aunque ninguno de los dos encaja con la “normalidad” del instituto, convirtiéndose en marginados ante sus compañeros y compañeras de clase. Goodbye Berlin es un relato vitalista, dinámico y naturalista que arranca de una familia disfuncional —padrastro infiel, madre alcohólica— que convierte a Maik en eje de la narración ya que con sus comentarios en off establece el punto de vista que organiza y da sentido a la sucesión de acontecimientos.
Una vez más, Fatih Akin valora y destaca la importancia del mestizaje entre razas y culturas como una forma de enriquecimiento social y personal. Y concede importancia a la banda sonora musical, tanto la compuesta por Vince Pope como a una serie de piezas que van desde el rock de los 90 al estilo kistch de las baladas para piano de Richard Clayderman.
El realizador se ha mostrado contento con el sistema digital utilizado ya que le ha permitido una mayor rapidez en el rodaje y, debido a la muy diferente altura de los actores protagonistas, se recurrió al formato panorámico 1´85 x 1 para adaptar el encuadre a las características físicas de Maik y de Andrei.
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