(3) EL FUNDADOR, de John Lee Hancock.

EL ÉXITO A CUALQUIER PRECIO
Con más frecuencia de la deseable, el biopic hollywoodiense incide en una serie de vicios que lo condenan a la mediocridad, siendo una constante habitual la deficiente aproximación al personaje retratado. Cuando no se altera la realidad, se suaviza para dar una versión edulcorada, si no épica, del sujeto en cuestión. Sin embargo, en ocasiones surgen honrosas excepciones con las que uno se reconcilia con este maltratado género cinematográfico.
La excepción a la que me refiero en estas líneas es El fundador, claroscura dramatización de la vida y obra de Ray Kroc, el hombre que transformó un humilde restaurante gestionado por los hermanos Dick y Mac McDonald en el famosísimo imperio global de comida rápida McDonald’s.
Su mayor virtud es que, lejos de ofrecer una visión heroica del business man, muestra el lado perverso del éxito empresarial: la ambición desmedida, la falta de ética, la ley de la jungla que impera en el mundo de los negocios. En un momento determinado, el protagonista sintetiza la quintaesencia del capitalismo USA: “Si tu competidor se está ahogando bajo el agua, ¿le salvas o impides que salga a la superficie?”.
Así pues, lo que en un principio parecía el clásico relato de ascenso de un visionario estadounidense que con esfuerzo y perseverancia alcanza el éxito, poco a poco va adquiriendo tonos sombríos para configurar la historia de un implacable depredador que no dudó en usurpar a los legítimos dueños, con subterfugios legales y mucha mala fe, una idea de negocio y una marca que pronto alcanzaría dimensiones colosales.
Sin duda, la actuación de un soberbio Michael Keaton aporta tridimensionalidad a un personaje que en ningún momento despierta la empatía del espectador, que no oculta su condición de mezquino y codicioso empresario. El resultado es, de esta forma, un retrato feroz del capitalismo que evidencia su doble cara: el lado gratificante del enriquecimiento pero también el despiadado del típico “trepa” que no duda en traicionar por el vil metal. Pero además El fundador realiza un meritorio retrato del fracaso, en la piel de los citados hermanos cuyo nombre es sinónimo de dinero. En la Historia de los EE.UU. hay muchos cadáveres tras las crónicas del éxito.
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