(2) VIVIR DE NOCHE, de Ben Affleck.

EL CAPO DEL RON
De todos es sabido que la famosa Ley Seca de los años 20 del siglo pasado estimuló la aparición en Estados Unidos de un lucrativo mercado negro gestionado por bandas mafiosas enfrentadas por el control del negocio. De hecho, el género gangsteril alcanzó su cénit describiendo las funestas consecuencias de la Prohibición: lejos de reducirse el consumo de alcohol, persistió de forma clandestina y bajo el control de peligrosas organizaciones criminales. En vez de resolver problemas de orden público, había llevado el crimen organizado a sus niveles más elevados de actividad.
En este contexto se desarrolla la historia de Joe Coughlin, el hijo pródigo de un capitán de la policía de Boston. Tras mudarse a Ybor (Florida, USA), Coughlin se convierte en un contrabandista de ron y, más tarde, en un poderoso gángster. Adaptación de la novela homónima de Dennis Lehane, Vivir de noche es el típico relato del auge y caída de un capo del hampa estadounidense, interpretado, escrito y dirigido por Ben Affleck. Es la segunda colaboración entre Lehane y Affleck, tras Adiós pequeña, adiós (2007).
Esta circunstancia de autoría total es, posiblemente, lo mejor y lo peor del film. Como realizador, Affleck vuelve a demostrar su valía a la hora de narrar sugestivas historias con la cámara, crear una envolvente ambientación de los bajos fondos y dirigir a actores obteniendo de ellos unas convincentes interpretaciones. Vivir de noche posee, además, una factura técnica irreprochable, configurando un producto de gran calidad. Sin embargo, aquí se retrata de nuevo las limitadas dotes actorales de un Affleck hierático y aplatanado, incapaz de cambiar de registro. Y eso acaba perjudicando a la película, pues su personaje acapara toda la atención al ser su punto de vista el eje narrativo de la misma.
Este turbio y violento retrato del American Dream posee, para más inri, un drástico giro final que reconduce al protagonista por el buen camino, abandonando su oficio justo cuando vence a sus oponentes en un cruento enfrentamiento. Se trata, por tanto, de un anti-héroe con remordimientos que logra ascender en la carrera criminal y que no obstante, acaba abandonándola justo en la cresta del éxito redimido por el amor a su familia. Nada más alejado de la realidad.
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