(2) EL ÚLTIMO REY, de Nils Gaup.

LOS HOMBRES DE SU MAJESTAD
El cineasta noruego Nils Gaup se ha labrado una prolífica carrera cinematográfica en su país aunque su filmografía apenas ha traspasado fronteras. Únicamente su opera prima Pathfinder, el guía del desfiladero (1987) alcanzó cierto renombre, llegando a ser nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa.
Ahora regresa al drama de época medieval con El último rey, un entretenido relato histórico ubicado en la guerra civil que asoló Noruega tras la muerte de Haakon III. Una época de caos, con un vacío de poder que enfrentó a varios clanes —los birkebeiner y los bagler— y un conflicto religioso entre un cristianismo beligerante traído por los invasores daneses y un resistente paganismo local.
En ese contexto se conoce la existencia de un hijo bastardo del soberano fallecido, siendo reconocido por los birkebeiner. El futuro Haakon IV de Noruega nació en territorio controlado por los bagler. El hecho de que su madre, Inga de Varteig, difundiera la noticia de su origen real lo colocó en una situación muy peligrosa. Los bagler decidieron eliminar al niño y comenzaron su búsqueda. Entonces, un grupo de birkebeiner lo recogió y lo llevó a la corte de Inge II, en Nidaros. En el trayecto, el grupo se encontró inmerso en una tormenta de nieve, y sólo los dos guerreros más destacados, Torstein Skevla y Skjervald Skrukka continuaron el viaje, sobre esquís, llevando al niño en brazos. El último rey narra esta gesta, lo que permitió años más tarde coronarle rey del país poniendo fin a la inestabilidad política. Su reinado significó la unificación definitiva de Noruega y una época de esplendor sin precedentes.
Sin duda, lo mejor de la película es una cuidada ambientación y una sobria pero eficiente puesta en escena, destacando la labor de documentación a la hora de recrear escenarios, vestuario, armas y utensilios de la época. Además, la fotografía naturalista de Peter Mokrosinski nos acerca a la Baja Edad Media con gran realismo, empleando para ello hermosos paisajes montañosos escandinavos.
En contraposición, El último rey peca de cierto esquematismo a la hora de presentar el conflicto y definir a los personajes, a pesar de narrar los hechos en clave de western nórdico. Aunque las escenas de acción, especialmente las persecuciones en la nieve y los combates entre facciones rivales, están bien resueltas, no nos encontramos ante un film especialmente estimable, dado el escaso conocimiento de los hechos descritos y su nula relevancia en latitudes más próximas a la nuestra. Se ve con curiosidad pero no deja huella.
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