(0) RESIDENT EVIL: CAPÍTULO FINAL, de Paul W.S. Anderson.

ZOMBIS MUTANTES A PORRILLO
Habrá quien encuentre aspectos destacables en esta sanguinolenta saga fílmica post-apocalíptica basada en el famoso videojuego homónimo creado en 1996 por la compañía japonesa Capcom, pero desde el principio me decepcionó la simplicidad del argumento, la endeblez de los personajes y la obsesión por la acción y el efectismo digital. Resident Evil: Capítulo final es, como sus predecesoras, un liviano pasatiempo para adictos a la temática zombi o para admiradores de Milla Jovovich, protagonista absoluta de la función.
Sexta entrega ya, este endeble relato de terror basado en sustos y vísceras trata de cerrar todas las tramas abiertas desde la fundacional Resident Evil (2002). Aquí concluye, por tanto, el enfrentamiento entre Alice y la Corporación Umbrella, responsable de convertir el planeta en un infierno poblado por miríadas de zombis mutantes. Todo ello narrado con un estilo visual cercano al videojuego basado en un montaje frenético, suma mareante de planos brevísimos, y una fotografía sucia y oscura que disimula deficiencias de producción.
Esta saga y la de Underworld son las causantes de que cada vez me guste menos cierto cine espectáculo actual. Nadería envuelta en un apabullante envoltorio.
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