(2) CALLBACK, de Carles Torras.

EL (MAL)SUEÑO AMERICANO
De Carles Torras (Barcelona, 1974) no habíamos visto nada desde su debut en el largometraje con Jóvenes (2004), co-dirigido con Ramón Termens. Ahora nos llega Callback, galardonada con varios premios en el festival de Málaga 2016, una producción independiente y modesta rodada en Nueva York en lengua inglesa que tuvo como origen un guión lleno de referencias autobiográficas y escrito a medias por el propio realizador y su protagonista, el actor chileno Martín Bacigalupo.
La película es el resultado de un proceso largo y lleno de dificultades financieras y narra la gris experiencia vital de Larry, un inmigrante ilegal latinoamericano que persigue el sueño americano pero que debe procurarse documentación falsa, trabajar como mozo de mudanzas y aspirar en vano a convertirse en intérprete profesional de anuncios publicitarios.
El protagonista procura ocultar sus verdaderos orígenes para integrarse mejor en la competitiva sociedad USA, incluso frecuentando las reuniones de un predicador evangelista, muy patriota y conservador, que difunde el mensaje de que basta tener fuerza de voluntad y fe en Dios para triunfar en la vida. Pero los repetidos fracasos abocarán al joven a la frustración, la rabia, la violencia y el crimen.
Callback fue rodada con una cámara de 16 mm. y con una fotografía en la que se han difuminado los colores para obtener unos tonos grises que reflejaran mejor la dura realidad cotidiana. Hay en el relato —que se nota muy pensado y meticulosamente filmado— apuntes sociológicos muy interesantes pero en la puesta en escena se aprecia cierta rigidez y falta de espontaneidad en el protagonista, que compone su personaje pensando más en el texto del guión que en las auténticas vivencias de un pobre iluso obsesionado por el éxito. Por otra parte resulta discutible la mezcla efectuada por los autores del libreto entre los problemas económicos propios de una clase social, desahuciada y explotada, procedente de la emigración y la cualidad de psicópata de Larry, incapaz de sentir empatía con los demás y frío ejecutor de bárbaros crímenes.
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