(2) VAIANA, de John Musker, Ron Clements, Don Hall y Chris Williams.

LA PRINCESA QUE SALVÓ LA CULTURA POLINESIA
El último film de la factoría Disney es fruto de un progresivo pero incuestionable cambio de paradigma de su tradicional discurso. Tras décadas de hegemonía explotando los clásicos cuentos infantiles desde una única óptica racial, un rancio conservadurismo y una cursilería propia de otros tiempos, la aparición de competidores, la búsqueda de nuevos mercados y la lógica evolución de los gustos y preferencias de su público mayoritario provocaron una gravísima crisis financiera que casi acaba con ella. Era una cuestión de supervivencia: renovarse o morir.
Si bien la diversidad étnica de sus regias protagonistas sobrevino en Pocahontas (1995), siendo refrendada en Mulan (1998) y consolidada en Tiana y el sapo (2009), la puesta al día de las circunstancias, anhelos y motivaciones de las princesas Disney se produjo a partir de Enredados (2010), versión renovada del célebre cuento de los Hermanos Grimm protagonizado por Rapunzel. Frozen: El reino del hielo (2013) supuso, por así decirlo, la llegada de una nueva heroína que renuncia a asumir los roles tradicionales, abandonando toda pretensión romántica en un reivindicativo relato de emancipación femenina.
Todo ello manteniendo el espíritu de la multinacional, esto es, sin renunciar a una estética reconocible apoyada en una brillante factura técnica y a ciertos clichés marca de la casa, como la inserción de canciones que interrumpen la narración y la existencia de personajes secundarios, generalmente animales antropomorfizados, que sumen un rol cómico que atenúa la gravedad de la trama.
Vaiana narra las aventuras de la hija adolescente del líder de una tribu que habita las islas del Pacífico Sur. Siguiendo el consejo de su abuela, la joven decide desobedecer a su padre lanzándose a los confines del Océano en compañía de su mascota, buscando el remedio a la progresiva destrucción de su hábitat y, de paso, su verdadera identidad. En su camino se encontrarán con Maui, un estrambótico semidiós. Juntos se enfrentarán a feroces criaturas, explorarán mundos sorprendentes y descubrirán culturas antiguas.
Pese a que la historia no destaque precisamente por su originalidad, en el film se combina con habilidad lo clásico y lo moderno en una exótica fábula cuya estructura oscila entre el habitual cuento de hadas y el típico relato de aventuras. Es justo reconocer que entretiene, pero no impresiona porque todo ha sido ya visto. Además, Pixar ha puesto el listón muy alto.
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