(3) EL CIUDADANO ILUSTRE, de Mariano Cohn y Gastón Duprat.

NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA
De los directores argentinos Mariano Cohn y Gastón Duprat sólo hemos podido ver aquí la ingeniosa y punzante El hombre de al lado (2009), divertido y agudo relato sobre la rivalidad entre dos vecinos cuando uno de ellos intenta colocar una nueva ventana en un edificio diseñado por Le Corbusier. No resulta extraño, pues, que la coproducción hispano-argentina que ahora se estrena constituya una lograda sátira a la vez que un drama tanto individual como colectivo cuya acidez, intención crítica y lucidez analítica hacen de la misma un film “políticamente incorrecto” porque se atreve a contradecir el principio de que el pueblo siempre tiene la razón al enfrentar el talento individual a la mediocridad generalizada y la inteligencia a la incultura ciudadana.
Daniel Mantovani —excelente interpretación de Óscar Martínez— es un escritor argentino que lleva más de 30 años fuera del país —ahora reside en Barcelona— y acepta la invitación de las autoridades de su pueblo natal para que regrese allí para tributarle un homenaje tras haber obtenido el premio Nobel de Literatura. Pero, inmediatamente, tras el recibimiento oficial y las muestras de orgullo por tener un paisano tan ilustre, se desencadena una catarata de odios, rechazos y agresiones porque, entre otras razones, muchos se sienten ofendidos al creer que los ha retratado negativamente en sus novelas.
Como referencia lejana me he acordado de Plácido (Luis Gª Berlanga, 1960) aunque en realidad los planteamientos de una y otra película son, en el fondo, opuestos. En el film argentino el galardonado protagonista es el eje narrativo que sirve de catalizador de la avalancha de acontecimientos; ahora es un forastero instruido, ecuánime y honesto que denuncia abiertamente la vulgaridad y mezquindad de sus compatriotas.
Daniel pasea por las calles de la población para recordar sin nostalgia alguna su infancia y juventud y saluda a viejos conocidos comprobando que todo ha cambiado y no para mejorar. Los actos protocolarios y las reuniones culturales a las que asiste le dejan un regusto amargo aunque allí tiene la oportunidad de expresar sus ideas sobre el Arte —que considera ligado a reglas estéticas ajenas a las ideologías— y la Literatura, que define como una creación fruto de la imaginación del autor, quizás inspirado por la vida real pero que constituye un mundo autónomo e independiente respecto a las experiencias cotidianas.
El guión es magnífico, sobresaliente la dirección de actores y la puesta en escena descansa en la sencillez y la funcionalidad. Muy recomendable.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.