(2) DESPUÉS DE ESTO, de Magnus von Horn.

COMPLICADA REINSERCIÓN
Primer largometraje del sueco Magnus von Horn —multipremiado realizador de cortometrajes—, que estudió cine y se instaló en Varsovia (Polonia) y que ha recibido varias recompensas del Instituto Sueco del Cine por Después de esto, un film muy bien acogido en los diversos festivales en que se ha exhibido. La película es un intenso drama tanto individual como colectivo que viene a desmentir el tópico de la pulcritud y la tranquilidad de la sociedad sueca ya que la historia que narra está llena de agresividad, de intolerancia y de dificultades para enmendar los errores del pasado mediante la concesión de segundas oportunidades.
John es un adolescente tímido e inmaduro que ha matado en un arrebato de celos a su antigua novia y que ha sido recluido en un reformatorio durante dos años. Su regreso al pueblo, al hogar familiar, no hace más que provocar el rechazo generalizado y encender la mecha de una espiral de violencia en una colectividad negada para el olvido y el perdón. Probablemente la tragedia del muchacho, sin madre, empezara ya en el seno familiar, con un duro padre granjero, un hermano menor indisciplinado y un abuelo abandonado a su suerte, incapaces de conectar afectivamente con los demás.
El realizador mantiene una tensión constante en un film que evoca el cine USA de los años 50, plagado de jóvenes rebeldes o gamberros incapaces de integrarse en su entorno, con la diferencia de que aquí se presta una mayor atención a la evolución psicológica del protagonista. La respuesta agresiva de la colectividad y la cadena de actos violentos posteriores no hacen otra cosa que alterar el equilibrio mental de John abocándole a la condición de enfermo mental tras sentirse atacado, abandonado y haber perdido toda esperanza.
La película ha sido acogida con general entusiasmo pero, a mi juicio, su pretendida objetividad queda lastrada por el hecho de que, en un país famoso por lo avanzado de sus instituciones sociales, no haga aparición en medio de todo este caos destructivo ni la ayuda psicológica, ni la policía ni las autoridades escolares. Seguramente ello hubiera frenado el fluir de los acontecimientos estropeando la salsa del proceso narrativo.
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