(3) LA ESTACIÓN DE LAS MUJERES, de Leena Yadav.

CONTUNDENTE MANIFIESTO FEMINISTA HINDÚ
Nos llega el tercer largometraje de la realizadora Leena Yadav, hija de un general del ejército indio en constante cambio de residencia, poseedora de estudios universitarios y responsable de trabajos en publicidad y en televisión. La estación de las mujeres, película muy premiada en festivales pero discutida en su país de origen, es una implacable denuncia de la situación subordinada y humillante de las mujeres hindúes, una rotunda crítica de los valores machistas y patriarcales dominantes, un testimonio rotundo de la represión sexual generalizada y un relato de fuerte carga emotiva. Es, sin duda, uno de los mejores títulos llegados últimamente del cine indio y, con toda seguridad, la que ha mejor ha plasmado una sensibilidad feminista militante.
Ubicada en un pequeño poblado del reseco noroeste de la extensa nación de Gujarat pero rodada en el vecino estado de Rajasthan, resulta sorprendente la cantidad de problemas que surgieron a la hora de su filmación: negativas para obtener la autorización por solicitarla una cineasta culta y vestida de forma moderna, los figurantes locales que no podían contener su excitación en las escenas de las bailarinas… En el film se muestra de forma clara el atraso, el apego a las viejas tradiciones, la misoginia, la represión sexual y la agresividad de los hombres, que consideran a las mujeres como meros instrumentos de su placer además de esclavas destinadas a las tareas domésticas y, en sus ratos libres, a trabajos agrícolas y a la confección de vestidos.
En la película las cuatro protagonistas acaban rebelándose contra las insoportables condiciones de vida a que están condenadas: violaciones, jóvenes viudas abocadas a la soledad, matrimonios con desconocidos concertados por los padres, novias adolescentes compradas por la familia del novio, maltratos físicos, la fertilidad como valor supremo, maridos borrachos y puteros, la condena social de las bailarinas-prostitutas ambulantes, el lesbianismo como remedio erótico femenino…
Para escribir el guión, durante el rodaje y después del estreno, la directora recibió numerosos testimonios sobre el objeto de la narración, que reclama la necesaria toma de conciencia y la reacción de la población femenina: como ejemplo, la solidaridad de género y la consideración de todos como seres humanos dignos de respeto al margen de su sexo, religión o casta. Pero las mujeres tienen que abandonar finalmente la aldea para marchar a la gran ciudad en busca de libertad, trabajo y dignidad.
La estación de las mujeres debe mucho a la buena fotografía de Russell Carpenter, a las canciones populares y al hábil montaje que la propia Leena Yadav realizó en Los Ángeles (USA). De visión muy recomendable.
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