(1) X-MEN: APOCALIPSIS, de Bryan Singer.

SALVANDO AL MUNDO POR ENÉSIMA VEZ
El ¡octavo! título de la saga fílmica mutante aporta, como era de esperar, las consabidas nuevas dosis de fantasía, aventura y acción protagonizadas por el variopinto grupo de superhéroes de la editorial Marvel creado por Stan Lee y Jack Kirby, cuya primera aparición se produjo en septiembre de 1963, en las páginas de The Uncanny X-Men nº 1. Se trata, sin duda, de una de las franquicias cinematográficas más rentables viendo el número de entregas alcanzadas, superando incluso la motorizada Fast & Furious. Sin embargo, tal y como establece el ciclo inevitable de la vida, aprecio un leve pero notorio decaimiento de su frescura y su vitalidad.
Tras el lógico desgaste sufrido por la trilogía original y el spin-off de Logan alias “Wolverine” —X-Men (2000), X-Men 2 (2003), X-Men: La decisión final (2006) y X-Men Orígenes: Lobezno (2009)—, se planteó una refundación en X-Men: Primera generación (2011) confirmada en X-Men: Días del futuro pasado (2014) que reparaba el desorden de personajes, situaciones y saltos de continuidad de la filmografía anterior introduciéndolos en una única realidad contextualizada con acierto en plena Guerra Fría. Y lo hizo a lo grande, bajo el formato de grandiosos blockbuster atiborrados de reconocidas estrellas —James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, Hugh Jackman, entre otros—, relatos épicos y un nivel de efectismo digital reservado a producciones de talla king size. Por su condición de producto menor que se centraba en las peripecias individuales del protagonista, Lobezno inmortal (2013) apenas ahondó en el universo mutante.
No obstante, la presente X-Men: Apocalipsis sacrifica cualquier asomo de creatividad y capacidad de sorpresa en aras del éxito comercial, esto es, la obtención del máximo beneficio en taquilla. El film respeta y mantiene la coherencia desarrollada en los anteriores capítulos, presentando a nuevos personajes y añadiendo más conflictos a la ya complicada convivencia entre humanos y mutantes. En este caso se narra el combate de la Patrulla-X contra Apocalipsis, un temible y poderoso villano que apareció por vez primera en X-Factor nº 5 publicado en junio de 1986. Interpretado por Oscar Isaac, esta versión carece de la magnificencia de su origen gráfico resultando bastante decepcionante. La historia, lineal y previsible, transita por los más trillados senderos de lo convencional, sin ápice de originalidad.
Se agradece, eso sí, la falta de pretensiones y sus guiños cómicos al avezado lector de cómics, pero X-Men: Apocalipsis no apabulla en sus abundantes escenas de acción y extiende en exceso y sin justificación dramática alguna la duración del metraje hasta casi las dos horas y media. A pesar de ello, la película se deja ver con simpatía e incluye varias secuencias que serán recordadas por los amantes del género: la “explosiva” llegada del veloz Mercurio a la Mansión X a ritmo de Sweet Dreams de Eurythmics, el duelo de personalidades entre Magneto y Charles Xavier y la breve pero letal aparición de Lobezno.
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