(4) NUESTRA HERMANA PEQUEÑA, de Hirokazu Kore-eda.

CONVIVENCIA FAMILIAR
Los críticos nunca dudamos en mostrar abiertamente nuestra veneración a los viejos maestros del cine japonés —Ozu, Mizoguchi y Kurosawa— pero tendemos a olvidar o menospreciar tan frecuente como injustamente a muchos realizadores de generaciones posteriores que han demostrado ser unos magníficos discípulos y sucesores. Uno de ellos es Hirokazu Kore-eda (Tokio, 1962), de quien nos llega ahora la séptima película de entre su ya amplia y en parte desconocida producción, equiparable en calidad a sus mejores títulos como Nadie sabe (2004), Still walking (2008) y De tal padre, tal hijo (2013).
Nuestra hermana pequeña es una libre adaptación de la exitosa y premiada novela gráfica Umimachi Diary de Akimi Yoshida, que entusiasmó al cineasta tras su lectura. La película cuenta la historia de una familia desestructurada —fallecimientos, infidelidad, separaciones, nuevas parejas— residente en la ciudad de Kamakura, aunque centra su atención en la vida de cuatro hermanas huérfanas ocupantes de una misma casa tras la muerte de su padre, asumiendo la función de eje narrativo la menor adolescente Suzu y la mediana Sachi, que no trabaja y ejerce el papel de una madre.
Vemos un Japón moderno que Hirokazu Kore-eda muestra con sensibilidad, delicadeza, visión humanista y penetración psicológica en un contexto social realista que coexiste plácidamente con la belleza de un paisaje —excelente fotografía de Mikiya Takimoto— que aúna el mar, los almendros en flor, las doradas hojas del otoño y demás elementos de las cuatro estaciones del año. La complejidad de las relaciones personales está también presente: lazos afectivos, intereses económicos, reproches mutuos, relación con los vecinos… todo ello visible especialmente en las comidas y en los funerales. Estamos ante un relato de estilo clásico, casi documental, fruto de una puesta en escena sencilla y luminosa y de unos planos perfectamente estructurados al servicio de un naturalismo expresivo y de una emoción que se escapa a raudales.
Presentada con muy buena acogida en los festivales de Cannes y de San Sebastián 2015, la película es una admirable crónica cotidiana sobre un universo femenino formado por personajes fascinantes encarnados por magníficas actrices. Su intensa fuerza descriptiva es el resultado de una mirada serena, lúcida y respetuosa dirigida tanto hacia las personas como hacia el esplendor del mundo que nos envuelve y del que formamos una pequeña parte mientras el implacable paso del tiempo nos lo permita.
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