(2) EL NUEVO NUEVO TESTAMENTO, de Jaco Van Dormael.

TEOLOGÍA PARA AGNÓSTICOS
El cuarto largometraje que nos llega de Jaco Van Dormael tras Totó el héroe (1991), El octavo día (1996) y Las vidas posibles de Mr. Nobody (2009) es una sátira religiosa en forma de cuento que viene a confirmar mi impresión de que la calidad e interés de sus películas siguen un orden decreciente. Con un estilo de humor que fluctúa entre el absurdo y el surrealismo, Jaco Van Dormael utiliza algunos de los recursos más toscos del cine de Jean-Pierre Jeunet para elaborar un heterodoxo relato en el que Dios vive en Bruselas, Jesucristo murió por ser demasiado ingenuo y su pequeña hija Éa retoma la misión de redimir a la Humanidad con la sola compañía de seis apóstoles.
Pese a que el realizador belga confiesa no ser creyente tras haber sido educado en el catolicismo —como el Buñuel de Simón del desierto (1965) o La vía láctea (1969), salvando las distancias—, la fábula que nos propone es sólo fruto de la fantasía, con endeble relación con lo que dictan los textos del Antiguo y del Nuevo Testamento, ya que en la Biblia Dios se nos aparece como un ser autoritario y vengativo mientras que en los Evangelios renueva su mensaje mediante la hegemonía del amor y la bondad.
Pero no se trata de que Benoît Poelvoorde o Catherine Deneuve, como intérpretes más conocidos, no cumplan bien con su cometido sino que toda la película no es otra cosa que una sucesión de bromas y ocurrencias —apoyadas en imágenes que denotan una gran creatividad— que basculan entre la blasfemia amable y un lirismo lindante con la cursilería.
En este discurso herético e irreverente elaborado desde una óptica femenina e infantil —el punto de vista de la pequeña diosa Éa—, el realizador despliega una serie de interrogantes sobre la coherencia lógica del cristianismo con sus dogmas y principios morales, a veces contradictorios, y lo hace con el apoyo estético-científico de las nuevas tecnologías: ¿Por qué existe el mal en el mundo? ¿Por qué tantas catástrofes, injusticias y sufrimientos? Si Dios es bueno y todopoderoso ¿por qué lo tolera y no lo impide? La moraleja del film es tan simple como contundente: vivimos un tiempo limitado, el único cielo está aquí en la tierra y es imprescindible amar para alcanzar la felicidad.
Hermosos fragmentos de obras clásicas y modernas vienen a arropar musicalmente esta entretenida narración que avanza entre la extravagancia y una trascendencia no exenta de ingenuidad.
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