(2) AMAMA, de Asier Altuna.

EL CASERÍO
Resulta curioso que, pese al remoto y arraigado sentimiento nacionalista del pueblo vasco, el cine producido en Euskadi y hablado en su propia lengua lleve tanto retraso respecto al realizado en Barcelona y hablado en catalán. Amama viene a compartir la preocupación antropológica de Tasio (Montxo Armendáriz, 1984) o de Vacas (Julio Medem, 1991) con una historia familiar que, en palabras de Asier Altuna (Bergara, 1969), tiene como eje argumental “el contraste entre lo urbano y lo rural, entre el pasado y el presente, entre hombres y mujeres, entre padres e hijos”.
De este autor de cortometrajes (Topeka) sólo hemos podido ver estrenado aquí su largometraje Aupa, Etxebeste! (2005) y en su último film recurre a sus recuerdos de infancia para elaborar un relato que es, a la vez, un homenaje al tradicional caserío vasco y un reconocimiento de la necesidad de cambio en lo concerniente a ideas, sentimientos y conductas ancestrales con el fin de abrirse al futuro. El film pretende abordar la compleja inestabilidad del momento presente, con la vigencia del secular matriarcado y la fuerza de un patriarcado autoritario y conservador que se resiste a aceptar la modernidad de un tiempo nuevo en que lo artesanal debe ceder ante las nuevas tecnologías y donde el respeto por la Naturaleza debe coexistir con el avance revitalizador del arte y el pensamiento contemporáneos.
Hay en la mirada del realizador una clara y dolorida nostalgia hacia un viejo universo que se desmorona, con los hijos que se trasladan a las ciudades por razones profesionales, por exigencias económicas y laborales, mientras el campo se va despoblando sin remedio. Pero, lamentablemente, lo que pudo haber sido una rica y matizada confrontación dialéctica entre dos mundos radicalmente distintos queda reducido a un choque básicamente sentimental y proclive a un desenlace demasiado embellecido por la memoria.
La película resulta por ello algo simple y preñada de conceptos elementales, las relaciones afectivas son previsibles y el mensaje resulta tan explícito como lineal ya que los abundantes recursos simbólicos que se utilizan nunca llegan a convertir el relato en una metáfora coherente y totalizadora.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.