(2) LILTING, de Hong Khaou.

MI IDOLATRADO HIJO KAI
Esta producción británica es el primer largometraje de Hong Khaou —estudiante de guión, distribuidor de películas y realizador de cortometrajes—, donde incluye algunas de sus propias experiencias, junto a su familia chino-camboyana, como refugiado político en el Londres de los años 80, con las dificultades de sus padres para adaptarse a la vida y costumbres europeas, aunque para él fue relativamente fácil asimilar la lengua y la cultura de su nuevo país de adopción.
Lo primero que destaca en esta película, que recurre con frecuencia a los flash-backs, es su gran sensibilidad y delicadeza, ese tono intimista —su título original Lilting significa “melodioso”— con el que describe el drama de una madre camboyana, internada en una residencia para ancianos, que se disputa el recuerdo y el cariño de su hijo fallecido en accidente con el novio del mismo, ya que ella desconocía su condición homosexual.
En el relato tiene gran importancia la presencia de una intérprete chino-inglesa, personaje que facilita la comunicación pero que a la vez supone también la intromisión de un testigo incómodo. De todos modos, el film apunta la idea de que es posible romper barreras y superar el dolor, aunque la necesidad de afecto materno-filial puede convertirse en una dependencia emocional tóxica, para alcanzar la comprensión y la tolerancia mutuas.
Como dato curioso, Hong Khaou ha reconocido la influencia que ejerció en su obra Lone Star (John Sayles, 1996), film que explicita la singular coexistencia entre dos comunidades y lenguas —la estadounidense y la mexicana— en la Texas del momento.
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