(3) AL OTRO LADO DEL MURO, de Christian Schwochow.

EN TIERRA DE NADIE
La mayoría de películas alemanas que se estrenan actualmente, tras 25 años de reunificación nacional, insisten en proporcionarnos comprensiblemente una visión negativa de la antigua RDA, mostrada como una dictadura comunista sin libertades y sin los medios materiales imprescindibles para poder tener un mínimo de bienestar. Pero esta película de Christian Schwochow, adaptación de la novela autobiográfica Zona de tránsito de Julia Franck —convertida en guión por la madre del realizador, Heide—, fija su atención especialmente en la estancia más o menos provisional de los escapados del este que eran internados en un centro para refugiados de la RFA, un lugar donde coexistían la vigilancia y la ayuda, la desconfianza y la esperanza, el desconcierto y los interrogatorios de la policía —similares a los de la “Stasi” oriental—, con el resultado de una existencia dominada por la angustia, la inseguridad y el desgarro interior pero siempre con la ilusión puesta en un futuro de libertad y prosperidad.
La película bascula entre el drama psicológico y el thriller político, con una mezcla de intriga y documento sociológico que se hermana con algunas novelas de Graham Greene y de John Le Carré en torno a la Guerra Fría y al muro de Berlín. La protagonista es Nelly, una viuda que ha perdido presuntamente a su marido, un destacado científico ruso, en un accidente de tráfico y que logra cruzar la frontera con su pequeño hijo. Son los años 70 y su intención es, sobre todo, la de olvidar el pasado y emprender una nueva existencia. Pero la desconfianza, la desorientación y la propaganda desbordarán sus expectativas.
El realizador ha explicado que su propia experiencia difiere de la novela en el importante detalle de que a finales de 1989, cuando su familia pasó a la zona occidental, el muro ya no era un obstáculo pero que la penuria de medios y el recelo de los “capitalistas” hacia los “rojos” estaban aún presentes. Y recuerda la impresión que le causó la abundancia de objetos que no tenían los niños del otro lado: juguetes, tebeos, chapas, emblemas, etc.
Al otro lado del muro deja en el aire algunas incógnitas que no acaban de aclararse, propias de una época llena de incertidumbres, como son la existencia de espías en los albergues y la posibilidad de que el marido de la protagonista estuviera vivo aunque oculto. Recomendable.
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