(1) EXTINCTION, de Miguel Ángel Vivas.

LA COTIDIANIDAD DE LA SUPERVIVENCIA
Alentada por una serie televisiva de moda y una pretérita época dorada que despierta la nostalgia, la temática zombi salpica cada poco tiempo la cartelera de sangre y vísceras. En esta ocasión, Miguel Ángel Vivas dirige una ambiciosa co-producción internacional, rodada en inglés con reparto estadounidense, en la que el protagonismo no viene tanto de los muertos vivientes sino en la conflictiva relación entre los tres protagonistas, dos hombres y una niña de 9 años, que malviven en los contornos de una urbanización aislada en pleno post-apocalipsis.
Basada en una novela de Juan de Dios Garduño, Extinction intenta ofrecer una mirada más introspectiva del fenómeno zombi, evitando en exceso el contacto con el monstruo de turno para dar cabida a un retrato humano de supervivencia cotidiana. El joven realizador maneja con soltura la sensación claustrofóbica y la tensión ambiental propias de lugares cerrados y oscuros, un ejercicio de estilo que ya destiló en su anterior film, Secuestrados (2010), enriqueciendo el relato con una sobria pero efectiva puesta en escena que proporciona un entorno realista dentro de la fantasía gore de la citada temática.
El problema al que se enfrenta Vivas es mantener a lo largo del metraje un precario equilibrio entre terror y drama, pues ambas facetas requieren un mínimo tiempo y dedicación para ser convincentes. El reparto de atención se ve descompensado en determinadas ocasiones, provocando arritmias narrativas involuntarias. Sinceramente, la disputa de paternidad responsable entre los dos ex-amigos resulta poco creíble en el terrorífico escenario en el que se mueven. Los reproches, los celos y los rencores del pasado no tienen cabida en una historia de supervivencia en la que dos adultos y una pre-adolescente deben cooperar para resistir su aislamiento y el creciente acoso de zombis. Y la aparición del personaje de Clara Lago a mitad de película no aporta nada en absoluto. Es previsible que, ante un desarrollo tan convencional, su resolución acabara de un modo tan gratificante.
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