(3) BLIND, de Eskil Vogl.

LA MIRADA DE LOS CIEGOS
Singular y original debut como director de largometrajes del noruego Eskil Vogl —guionista de Oslo, 31 agosto (2011) de Joachim Trier—, que opina que en el momento de escribir un texto cinematográfico ya se está pensando en una determinada forma de puesta en escena, lo que resulta evidente en esta libre adaptación de la novela de Terje Holtet-Larson en donde las personas ciegas sólo se expresan mediante monólogos interiores. Para realizar esta película, el realizador se documentó ampliamente sobre el universo de los invidentes, centrando aquí su atención en la relación de la protagonista (Ingrid) con el mundo exterior, consiguiendo con ingenio y buenas dosis de creatividad un relato en el que drama y humor se conjugan con bastante fortuna.
Con rodaje en la ciudad de Oslo, Blind no es un film de fácil lectura ni de cómoda asimilación porque integra en el mismo plano narrativo lo real y lo imaginario, la soledad de la protagonista —su enfermedad ocular, su voluntaria reclusión en un apartamento— y todas sus fantasías, muchas de ellas de carácter sexual, sus recuerdos y sus deseos. El punto de vista del relato aparece diversificado así entre el que corresponde al director, a los personajes privados de visión y al espectador. Y si el cine es básicamente el reino de la imagen, el ámbito sensorial de los ciegos tiene que limitarse necesariamente a los sonidos, los olores, el tacto y los pensamientos, de ahí la importancia de los diálogos y, sobre todo, de la voz en off.
A su vez, la línea narrativa se halla sometida a vaivenes determinados por la distinta percepción de los personajes, incluyendo al amigo adicto a la pornografía y a la otra mujer ciega que sí opta por salir al exterior, con la importancia del tiempo interior, de la discontinuidad de las secuencias, de los encuadres desequilibrados que nos convierten en “espías” y de la mezcla entre pasado y presente.
La ausencia de visión sólo puede conducir a la oscuridad, aunque permitiendo las sensaciones cutáneas, las figuraciones mentales y los sentimientos. Las evocaciones de un pasado en el que lo material aún podía percibirse visualmente y el miedo a lo desconocido o a comportarse incorrectamente entre los demás no conducen a otra cosa que a tener que resignarse a vivir en una realidad virtual. Y la cuestión se complica cuando la vivencia pornográfica consiste en ver sin poder tocar y la función mental debe limitarse a imaginar sin llegar a intercambiar experiencias físicas.
Adecuada fotografía descolorida y obtenida con luz natural a cargo de Thimios Bakatakis, destinada a mostrar un mundo cotidiano y gris. Algunos han otorgado a este film una intención metafórica sobre el tópico de una sociedad nórdica siempre confortable, próspera y feliz que contrasta aquí con la presencia de seres frustrados, aislados y dominados por la tristeza.
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