(2) EL NIÑO 44, de Daniel Espinosa.

UN MONSTRUO EN EL “PARAISO”
Pese a los denodados esfuerzos de la propaganda soviética de “vender” al resto del mundo el supuesto paraíso socialista, el crimen y la delincuencia en la sociedad rusa eran tan habituales como en las de los países occidentales. Teóricamente, la ausencia del egoísmo individualista inherente al sistema capitalista privaba a las personas de la ambición desmedida que se materializaba en el robo, la extorsión o el asesinato. De hecho, no existía un departamento policial dedicado a estas fechorías consideradas consustanciales al capitalismo. No obstante, nada más lejos de la realidad, pues no solo seguía habiendo delitos por motivos económicos sino que también se cometían por motivos pasionales y por desequilibrios psicológicos, nada que ver con factores de índole política. La psicopatía generó horrendos crímenes en la U.R.S.S., siendo el más sonado los cometidos por el llamado Carnicero de Rostov, el mayor asesino en serie de la Unión Soviética por cometer 52 asesinatos entre 1978 y 1990, la mayoría de niños.
Precisamente, inspirado por este horripilante episodio, Tom Rob Smith escribió su famosa novela El niño 44 (2008), ambientada en la época de la Rusia estalinista. En ella, un agente del servicio secreto, antiguo héroe de guerra, investiga una serie de asesinatos que le llevará a resolver los enigmas de su dura infancia, al mismo tiempo que es víctima del sistema para el que trabaja.
Producida por Ridley Scott y dirigida por el sueco-chileno Daniel Espinosa, El niño 44 destaca por la recreación meticulosa de la Rusia de 1953, bajo la férrea jefatura de Stalin. El liderazgo de este dictador tiránico y despiadado condujo a la época de máxima represión política y social, siendo conocidas sus purgas no sólo de disidentes y minorías marginadas sino también de aquellos que le hicieran sombra o intentaran atemperar sus instintos genocidas. Correctamente ambientada y con una puesta en escena de lujo, la película describe con detalle la vida cotidiana en aquel régimen totalitario: el control absoluto del ciudadano en todos los niveles de su existencia, la censura del Estado contra cualquier discrepancia, el dogmatismo del discurso oficial, la arbitrariedad, la impunidad del poder y la sumisión como principal estrategia de supervivencia…
Es en este contexto donde se desarrolla la trama detectivesca de Leo y Raisa, una pareja que sufrirá la degradación profesional de él y el hostigamiento de ella, sospechosa de conspirar contra el gobierno. Desencantado por las trabas de sus superiores a continuar con la investigación del asesinato del hijo de su mejor amigo, el protagonista acaba enfrentándose al sistema y prosiguiendo sus pesquisas hasta que encuentra el autor de tantas muertes y denuncia a los corruptos dirigentes que impiden el esclarecimiento del caso. Narrado con eficacia, El niño 44 posee un ritmo ágil y creciente en intensidad, salvo alguna subtrama sentimental añadida como concesión a la taquilla. Por lo que respecta a la labor actoral, tanto Noomi Rapace como Tom Hardy cumplen su papel con solvencia, aportando la faceta humana de dos personajes que deben enfrentarse a un régimen liberticida y redescubrirse como marido y mujer cuando se destapan los secretos y mentiras sobre los que se cimenta su relación. Por su parte, Gary Oldman se luce en su ya papel habitual, el de comisario.
Sin duda, entretiene este thriller de época libremente inspirado en hechos reales.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.