(0) UNA NUEVA AMIGA, de François Ozon.

YO SOY EL PADRE Y LA MADRE
He sentido una gran decepción ante el nuevo film de François Ozon, un cineasta que suele trabajar con talento y dignidad incluso cuando aborda asuntos tan escabrosos como polémicos. Lo más sorprendente es que en esta ocasión parece haber seguido los pasos de Pedro Almodóvar con todo su desmadrado repertorio de gays, bisexuales, travestidos y transexuales, lo cual a algunos comentaristas les ha parecido una valiosa indagación sobre la identidad sexual, con toda su compleja ambigüedad. Pero cualquier comparación con Tootsie (Sydney Pollack), Con faldas y a lo loco (Billy Wilder) o Víctor o Victoria (Blake Edwards) me parece pura frivolidad.
Una nueva amiga, ambientada en lujosos escenarios burgueses, parte de un guión del propio director inspirado en un breve relato de Ruth Rendell, pero el entramado de personajes y situaciones me ha parecido tan rebuscado y retorcido, tan poco verosímil, como morboso y caricaturesco. Sus apologistas hablan de una trama freudiana llena de instintos reprimidos, de la liberación del deseo y del triunfo final del amor (un trío) por encima de la ortodoxia moral imperante, explicando lo que parecen íntimas pulsiones patológicas como la natural conducta de quien osa explorar antiguos territorios, los ya transitados por el niño que se ponía los vestidos de mamá y por el viudo que calma los lloros de su bebé con el olor de la ropa de su difunta esposa que ahora él viste. Pero estas explicaciones me suenan a fofo culturalismo porque ¿qué pasa con el hijo al que hacen desparecer a mitad de la película?
Con un estilo narrativo que discurre entre el melodrama y la comedia, a mí me parece que casi todo discurre con un tono de parodia, con un Romain Duris cuyos gestos y gustos de “loca” permiten a François Ozon mostrar la fascinación que siente, no compartida por todos los espectadores, ante el rito fetichista de una metamorfosis personal y erótica lograda a base de afeitados, depilaciones, maquillajes, pelucas, falsos pechos de espuma, medias y zapatos de altos tacones. Incluso atreviéndose a sugerir que Virginia —el varón David camuflado— es el verdadero sueño amoroso de Claire como sustituta de la esposa desparecida y que su impuso lésbico inconsciente por fin ha podido exteriorizarse. Repito: una gran decepción.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.