(2) MURIERON POR ENCIMA DE SUS POSIBILIDADES, de Isaki Lacuesta.

LA REVUELTA DE LOS MARGINADOS
Las élites políticas y económicas del país se han servido de la crisis económica que padecemos y que ellos mismos provocaron con sus excesos y sus corruptelas como pretexto para aplicar políticas de austeridad que están causando un gran daño a amplios sectores sociales. Es comprensible, hasta razonable, tomar medidas sensatas para reequilibrar la situación, pero resulta curioso que siempre el sacrificio lo tienen que hacer las clases más desfavorecidas. Durante mucho tiempo, el discurso oficial ha sido echar la culpa a la gente, así en general, de las dificultades actuales por “haber vivido por encima de nuestras posibilidades”, como si todos los mileuristas de hace casi una década hubieran vivido como aristócratas, y esos que hoy viven a cuerpo de rey no hubieran sido responsables de ningún comportamiento incívico en sus negocios, especulativos o no.
Acostumbrados a su filmografía adscrita a un cine minoritario de autor, Isaki Lacuesta ejecuta un radical cambio de registro en un siniestro relato dotado de un tosco humor negro que acumula muchos de los reproches, más o menos justificados, de “los de abajo” hacia “los de arriba”. Así, la primera comedia del realizador gerundense, la cachonda pero lúcida Murieron por encima de sus posibilidades, narra en un tono delirantemente cómico la “venganza” de un grupo de perdedores contra los poderosos que se reúnen en un yate camuflado como una simple barcaza. Los protagonistas son víctimas del sistema, viéndose incapaces de enfrentarse racionalmente a sus kafkianas circunstancias: un empresario que pierde su capital en un chanchullo con políticos; un hombre de clase media-alta, conservador, que se ha empobrecido hasta el punto de que duerme en su coche y cuyo hijo es expulsado del exclusivo colegio donde está inscrito por no poder pagarlo; un panoli cansado de ser infravalorado hasta por su propia madre; un jeta que debe dinero a un mafioso; y el marido de una mujer víctima de los recortes en sanidad. Sus ataques de ira los llevan directamente a una peculiar institución penitenciaria, desde donde se fugan y ejecutan un plan para ajustar cuentas a los dirigentes del cotarro y exigirles soluciones.
El film llama la atención por la progresiva suspensión de todo enfoque realista, especialmente en una segunda parte en la que la narración adquiere tintes surrealistas, usando como mecanismo propulsor la indignación colectiva para justificar la deriva violenta de los marginados. Pero lo mejor, sin duda, es que Murieron por encima de sus posibilidades verbaliza no solo las ansias de revancha de mucha gente puteada, sino que también hace una perspicaz autocrítica reconociendo la incapacidad de la sociedad española para librarse de los golfos que nos saquean y además nos culpan de nuestra desdicha. Nos quejamos, y sin embargo elegimos como nuestros representantes a políticos encausados por tramas corruptas, que rescatan bancos en vez de a personas. Donde más duele, Lacuesta nos recuerda que nuestro principal defecto como país es… que somos españoles. Así nos va.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.