(1) HOME: HOGAR, DULCE HOGAR, de Tim Johnson.

PERIPLO EMOCIONAL DE UN ALIENÍGENA INADAPTADO
Muy discreta, casi decepcionante, me ha parecido la última producción de DreamWorks, adaptación del libro infantil de Adam Rex The true meaning of Smekday. No ya por la irritante simpleza del argumento o el torpe esquematismo de los personajes, sino también por ser la menos reconocible del sello particular de esta factoría: acostumbrado a sus desmitificadoras y desternillantes propuestas, antítesis de la pudorosa y blandengue Disney —al menos de antaño, ahora parece atravesar un proceso de renovación de contenidos, más acorde con los gustos del público actual—, Home: hogar, dulce hogar es un rutinario relato infantil resultado de una amalgama de títulos precedentes, siendo inevitable su comparación con Lilo & Stitch (2002) por su semejanza argumental.
Huyendo de sus enemigos, una raza de alienígenas coloniza la Tierra, expulsando a la Humanidad de su hogar y reubicándola en las vastas planicies de Australia. Uno de estos cabroncetes conoce a una adolescente que busca a su madre a la que ha perdido durante la invasión, viviendo una serie de aventuras en las que surgirá la amistad y aprenderán importantes lecciones vitales.
No sé si son los mencionados defectos, o su insoportable pretexto aleccionador, o la poca creatividad empleada en su concepción, pero Home: hogar, dulce hogar carece del mínimo interés como película, más allá de usarla como excusa para entretener al crío. Una animación que aspire a trascender no debe tratar como estúpidos a los niños, y mucho menos desatender al público adulto que lo acompaña. Y la presente cinta evita cualquier complejidad tanto en el tratamiento de ciertos temas —la inadaptación, la soledad, la empatía hacia el prójimo, etc.— mientras que abusa del efecto cómico de algunos gags excesivamente desgastados. Todo son gestos y muecas, pero poca historia, poca vivencia y poca emoción.
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