DESCIFRANDO A ALAN TURING

Inspirándose en un libro de Andrew Hodges titulado Alan Turing: The Enigma, The Imitation Game configura un digno retrato del brillante matemático británico Alan Turing, uno de los fundadores del campo de la informática y de la inteligencia artificial. El interés que despierta este personaje viene no sólo por sus notables adelantos científicos sino también por el decisivo papel que interpretó en la victoria aliada durante la II Guerra Mundial (1939-1945) al lograr descriptar los códigos secretos que utilizaban los nazis en sus comunicaciones durante el conflicto.

Sin embargo, lejos de ser convertido en un héroe nacional continuó después viviendo una discreta existencia hasta que su vida quedó marcada dramáticamente por la revelación de su condición homosexual. En 1952, la investigación rutinaria de un robo en su domicilio evidenció que mantenía relaciones homosexuales, muy perseguidas durante esa época, y Turing fue condenado a prisión. Él prefirió someterse a un dañino y ofensivo tratamiento de castración química que acabó afectándole física y psicológicamente, muriendo dos años más tarde tras ingerir una manzana con cianuro.

Para resaltar esa doble faceta, su proyección pública y su realidad interior, The Imitation Game combina tres tiempos narrativos que coinciden con: 1) su infancia en el internado de Sherborne en Dorset, donde descubrió sus tendencias homoeróticas con un compañero de clase; 2) la dirección del proyecto de creación de la máquina descifradora de la alemana Enigma durante el conflicto bélico; y 3) su detención, años después, acusado de homosexualidad.

El film trata de mostrar, y lo consigue en parte, la complicada e inquieta personalidad del protagonista y su conflictiva relación con las personas que le rodearon, destacando que su aparente soberbia no era más que un mecanismo de defensa para sobrellevar su timidez extrema y ocultar lo que en aquella época era más que un pecado, un delito que podía acarrear años de cárcel. Aprovechando el descifrado de los mensajes alemanes como eje central, Morten Tyldum reflexiona sobre cómo las personas se ven obligadas a cifrar sus sentimientos para defenderse en un contexto hostil.

La película lleva el sello de la típica producción inglesa, destacando su certera ambientación y su valiosa interpretación, encabezada por un Benedict Cumberbatch en estado de gracia.