(4) MR. TURNER, de Mike Leigh.

TRABAJO Y TALENTO
Mike Leigh, valorado por sus películas de carácter contemporáneo y de contenido social, aborda la biografía del importante pintor londinense J. M. W. Turner (1775-1851) con una mirada nada convencional, sin idealizar al aclamado artista de acuarelas, óleos y grabados y sin caer en la tentación de un fácil didactismo, ya que apenas vemos al pintor realizando su trabajo o hablando de su oficio.
Si como artista tuvo la genialidad de adelantarse a su tiempo —sus obras eran románticas por la fecha de su elaboración pero abrió el camino al impresionismo e incluso a la abstracción—, como hombre se manifestó lleno de complejidades y claroscuros: tosco y gruñón, excéntrico y algo misántropo, permaneció soltero pese a haber sido padre de dos hijas “ilegítimas” y de convivir con una viuda, junto al río Támesis, en los últimos 20 años de su existencia. Yace enterrado en la catedral de San Pablo. Le gustaba mantenerse en el anonimato, por discreción, aunque alternaba las reuniones aristocráticas con las visitas a burdeles. Finalmente cedió gratuitamente toda su vasta obra al Estado sin aceptar ventajosas propuestas de compra. Actualmente su colección puede verse repartida entre la National Gallery, la Tate Gallery y el Museo Británico.
Mr. Turner es un magnifico biopic narrado con una cronología lineal que abarca desde 1826 a 1851, aproximadamente, constituyendo una rigurosa crónica social, pictórica y científica de la época. Turner fue un gran viajero por Gran Bretaña y el continente europeo, especialmente Venecia, trazando en un cuaderno bocetos para sus próximos lienzos, enseñó Perspectiva en la Royal Academy, de la que fue miembro desde 1802, y se sintió muy interesado por los nuevos inventos del siglo XIX —barcos de vapor, ferrocarril, fotografía, arquitectura del hierro y el cristal, etc.—. Pese a todo, sus cuadros sólo fueron estimados entonces por unos cuantos pues para la mayoría, incluyendo la reina Victoria, sólo merecieron burlas y menosprecios.
El estilo revolucionario de Turner se caracteriza por sus atrevidas innovaciones en el terreno de la luz y del movimiento en los paisajes y marinas, con amplias panorámicas que incluyen aparatosos fenómenos atmosféricos. En la película destaca sobre todo la precisa ambientación —vestuario, muebles, edificios, etc.— y la extraordinaria interpretación como protagonista del actor Timothy Spall, habitual en el cine de Mike Leigh, sin olvidar la fotografía de Dick Pope —encuadres y colores representativos de la época— y la banda sonora de Gary Yershon, que ha añadido dos bellos fragmentos, ejecutados “en vivo”, del barroco Henry Purcell y del pre-romántico Beethoven.
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