(4) LA SAL DE LA TIERRA, de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado.

ESCRIBIR CON LA LUZ
Este magnífico documental biográfico sobre el gran fotógrafo brasileño Sebastiâo Salgado (Minas Gerais, 1944) es fruto de la estrecha y fecunda colaboración entre el destacado cineasta alemán Wim Wenders —creatividad fílmica, rigurosa selección de materiales de archivo, criterio narrativo en el montaje, realización de la entrevista principal— y Juliano Ribeiro Salgado, hijo de Sebastiâo, un documentalista que ha aportado el rico patrimonio audiovisual familiar para la elaboración de esta película.
El título La sal de la tierra —no confundir con la mítica película homónima de Herbert J. Biberman, 1954, crónica reconstruida de una huelga de mineros— se refiere al conjunto de la Humanidad y muestra la vida y obra de Sebastiâo, junto a su esposa Lélia y su hijo Juliano, mediante miles de fotografías caracterizadas por un profundo sentido de la solidaridad, el compromiso y la compasión hacia los más desfavorecidos, tomadas a lo largo y ancho del planeta pero con especial atención hacia el continente africano cuyas hambrunas, miseria, guerras, genocidios y exilios —el verdadero “corazón de las tinieblas”— le llevaron a una depresión que le hizo abandonar temporalmente su profesión, recobrando su fe en los hombres tras dedicarse a fotografiar la Naturaleza, los lejanos paraísos con paisajes y animales aún incontaminados por la “civilización”, en su proyecto “Génesis”, y antes de fundar el Instituto Terra dedicado a repoblar la arrasada selva atlántica del nordeste brasileño.
Pese a las reticencias de Susan Sontag, que le reprochó el haber retratado demasiado bellamente la pobreza y la crueldad, la obra de S. Salgado —siempre en formato blanco y negro, exhibida en numerosas exposiciones y libros— ha sido el resultado normal de la convivencia, la empatía y la solidaridad con las personas captadas por su Leica. Galardonada con el Premio Especial del Jurado y con el Premio del Jurado Ecuménico en el festival de Cannes 2014, La sal de la tierra es, entre otras cosas, un sincero y merecido homenaje al gran fotógrafo y ecologista que ha sabido compaginar en sus imágenes la perfección técnica, la precisión de los encuadres, el humanismo, la expresividad, el valor testimonial y la denuncia, buscando sin cesar la coherencia entre su experiencia artística y su existencia cotidiana.
Wim Wenders ha logrado un film que aúna la estética y la ideología a partir de materiales tan abundantes como valiosos. El cineasta apenas aparece en la película para dejar todo el protagonismo a Sebastiâo Salgado cuyo rostro iluminado destaca en una larga entrevista sobre un fondo oscuro mientras va explicando el sentido y la circunstancia de las imágenes que aparecen ante él mediante trasparencias. Y lo hace con palabras tan lúcidas y sensatas como emotivas.
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