(1) LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO. PARTE 1, de Francis Lawrence.

ARENGA REVOLUCIONARIA ADOLESCENTE
El último acto cinematográfico de la saga literaria Los juegos del hambre, rudimentaria parábola de la escritora estadounidense Suzanne Collins sobre la rebeldía adolescente en plena era YouTube, sufre un súbito paréntesis durante su clímax por culpa de esa despreciable moda hollywoodiense de dividir el desenlace de una trilogía en dos partes. Ese es su primer error: ya se estaba haciendo larga como para estirarla todavía más, sin contenido argumental que lo justificase. Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte 1 finaliza, por tanto, dando la sensación de haber visto media película, experimentando la misma frustración que haber comido medio plato en un restaurante o haberte comprado medio pantalón en una tienda de ropa.
Pero esta interesada estrategia comercial provoca otras deficiencias, empezando por una estructura narrativa que se derrumba por su fragilidad al apenas existir hechos que contar. Ya sin concurso de por medio, al que hacía alusión el título de la saga, y preparándose la protagonista para una revolución que nunca llega, esta primera parte de Sinsajo es un film hablado, renunciando al componente de acción que abundaba en sus dos primeras entregas. Como apenas ocurre nada, hay que contarlo todo para fingir una aparente evolución de los acontecimientos. Es por ello que este episodio es el más soporífero de los existentes, con abundante conversación, minúscula dosis de acción y ausencia total de trascendencia.
Cierto es que en esta historia de conato revolucionario contextualizado en un futuro distópico dictatorial sigue habiendo un poso teórico interesante sobre las tentaciones totalitarias actuales, la tendencia liberticida del progreso mal entendido, la legítima resistencia contra el poder omnímodo… y una certera reflexión sobre el poder de la imagen. Pero todo ello sin una vertiente práctica que permita ver el desarrollo y el resultado de esa verbalización.
Resumiendo, Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte 1 no es más que un modesto blockbuster juvenil que actualiza toscamente las alegorías involucionistas de Ray Bradbury, George Orwell y Aldous Huxley, añadiéndoles un toque épico para seducir al público adolescente.
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