(1) NINJA TURTLES (LAS TORTUGAS NINJA), de Jonathan Liebesman.

CINE PALOMITERO ADOLESCENTE
En 1984 se publicó en Mirage Studios, una editorial USA de corte independiente, un pequeño cómic en blanco y negro firmado por Kevin Eastman y Peter Laird titulado Teenage Mutant Ninja Turtles, una divertida parodia del género superheroico en general y un homenaje al trabajo de Frank Miller en particular. Tal fue su éxito de ventas que lo que iba a ser un único tebeo condujo a una vasta colección formada por varios volúmenes, a una serie animada de TV convertida en icono de toda una generación y a una franquicia cinematográfica de ínfima calidad pero entrañable por el sello Jim Henson de sus efectos y su vestuario.
Su regreso a la gran pantalla, habiendo madurado su público original y sin haber captado anteriormente la atención de nuevas generaciones acostumbradas a la espectacularidad de las sagas superheroicas actuales, se me antoja un fracaso sin paliativos pues Ninja Turtles (Las tortugas ninja) es un reboot rutinario y previsible que no da la talla ni como emotivo ejercicio de nostalgia ochentera ni como nuevo paradigma del cine palomitero adolescente, a pesar de contar con Michael Bay como productor y con Megan Fox de protagonista.
Pese a calcar personajes y escenarios de títulos emblemáticos del action movie más rimbombante paridos por el propio Bay —la misma estética de videojuego y las mismas situaciones apoteósicas de su saga Transformers—, la película apenas se sostiene argumentalmente y sus únicos momentos de efímero entretenimiento se limitan a breves gags humorísticos y contadas escenas de acción. Lo demás es simple relleno y más de lo mismo contado de modo cómodo y sencillo, sin espacio para la sorpresa ni la filigrana.
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