(2) MIL VECES BUENAS NOCHES, de Erik Poppe.

TRABAJO VS FAMILIA
Esta coproducción —por exigencias financieras del proyecto— entre Noruega, Suecia e Irlanda es la primera película que se estrena aquí del galardonado cineasta noruego Erik Poppe, que utiliza sus propias experiencias como reportero gráfico para recalcar lo difícil que resulta compaginar vida laboral y familiar, convirtiendo en protagonista a una mujer y restando verosimilitud a la trama con el fin de aumentar su impacto emocional. El film, cuyo título está sacado de la obra Romeo y Julieta de Shakespeare, obtuvo el Gran Premio del Jurado en el festival de Montreal (Canadá), siendo uno de sus mayores atractivos la presencia de una magnífica Juliette Binoche en el papel principal.
El relato plantea básicamente el dilema personal de Rebecca entre una apacible vida familiar en Irlanda —con su compañero y dos hijas— y una actividad profesional como reputada fotógrafa en misiones de máximo riesgo —Afganistán, Pakistán, Congo, Kenia, etc.—. La pareja está siempre al borde de la ruptura y lo que aparece como firme vocación laboral tiene también rasgos de adicción patológica al peligro, aunque se justifique como un compromiso ético encaminado a dar testimonio directo de situaciones altamente injustas y violentas.
Entre la posibilidad de morir y la amenaza de divorcio discurre esta película que tiene más de melodrama que de alegato político, aunque no se olvida de citar las presiones de Washington para que no se muestre al enemigo de forma amable y para que se omitan las barbaridades cometidas por sus tropas. El público desea ver a la protagonista a salvo en su casa y rodeada de cariño, especialmente en los momentos de mayor horror —la joven suicida cargada de explosivos, la masacre de refugiados—, pero también es cierto que agradece que alguien tome imágenes de los acontecimientos mundiales más impactantes. La actitud finalmente comprensiva de la hija adolescente —el trabajo escolar en el instituto— y un desenlace que deja el problema sin resolver decantan el film hacia el valor de los sentimientos a costa de la fuerza demostrativa de imágenes, quizá demasiado bonitas, capaces de remover la conciencia del espectador.
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