(2) EN UN LUGAR SIN LEY, de David Lowery.

EL FUGITIVO DE TEXAS
Este segundo largometraje del autodidacta David Lowery, un film “independiente” rodado con escasos medios y con mucha libertad, fue exhibido en los festivales de Cannes y de Sundance y puede catalogarse como “cine de autor”, en este caso en forma de relato minimalista ambientado en zonas rurales de Texas en los años 70.
En el cine norteamericano hay magníficos ejemplos de películas que han barajado sabiamente el amor y la violencia, el romanticismo y la delincuencia, desde Los amantes de la noche (Nicholas Ray, 1947) a Bonnie y Clyde (Arthur Penn, 1976). Pero En un lugar sin ley es un thriller de mucho mayor esquematismo y pobreza expresiva que los modelos citados porque su estilo se limita a desarrollar una sencilla línea argumental mediante un ritmo pausado (planos largos), abundantes elipsis narrativas y algunos tiempos muertos.
El resultado es un producto correcto que no llega a enganchar y cuya “modernidad” consiste en que no interesa tanto la acción como sus consecuencias: el drama de una pareja de jóvenes atracadores, interpretados por Casey Affleck y Rooney Mara, que intentan escapar de la justicia. Cuando él es encarcelado, ella se convierte en madre de una niña y es pretendida por un policía hasta que el novio logra huir de presidio y busca reunirse con su familia.
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