(2) EL GRAN CUADERNO, de János Szász.

DOS PEQUEÑOS MONSTRUOS
Los cinéfilos de los años 60-70 recordamos con agrado el buen cine húngaro, perteneciente a la época del “socialismo real”, que pudimos ver gracias a los cineclubs y a las salas de Arte y Ensayo del momento. Por eso mi decepción ha sido mayor si cabe ante este primer largometraje que nos llega del galardonado director de teatro y cine János Szász (Budapest, 1958) tras haber obtenido el Gran Premio en el festival checo de Karlovy-Vary 2013.
El gran cuaderno, una coproducción entre Hungría, Alemania, Austria y Francia, es adaptación de la novela homónima de Ágota Kristóf, una parábola antibelicista que relata la estancia en el campo como refugiados de dos hermanos gemelos, entre el invierno de 1944 y el final de la guerra, que son testigos, en medio de horrores de toda clase, del hundimiento del ejército alemán y de la ofensiva de las tropas soviéticas en tierras húngaras.
La película pretende ser una ilustración del minucioso diario que escriben los niños, un terrible cúmulo de sufrimientos, miseria, abusos, crueldad y muerte que materializa la pérdida de la inocencia y el triunfo del mal en un tiempo apocalíptico en el que lo más difícil es sobrevivir. Pero, lejos de la excelencia de Germania, anno zero (R. Rossellini, 1947) o de El tambor de hojalata (V. Schlöndorff, 1979), El gran cuaderno se limita a encadenar una serie de anécdotas dramáticas sin lograr profundizar en la condición humana -y menos en la política- de los personajes.
El film, sin duda lleno de buenas intenciones, naufraga a mi juicio por las contradicciones de su punto de vista narrativo: traduce supuestamente las experiencias de los dos gemelos, anotadas detalladamente en una libreta, pero el tono de sus expresiones y reflexiones son propias de un adulto (la novelista). Para acabarlo de arreglar, la mirada del realizador parece mostrarse más tolerante con los nazis, pese a la escena del Holocausto, que con los rusos, seguramente debido a la abundancia de húngaros que simpatizaron con Hitler y a la larga vigencia del comunismo estalinista en un país considerado mero “satélite”.
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