(2) TREN DE NOCHE A LISBOA, de Bille August.

RETORNO AL PORTUGAL DE SALAZAR
Esta adaptación de la exitosa novela de Pascal Mercier tenía ante sí una doble dificultad: relatar sucesos del presente en Suiza y regresar al pasado —mediante un simple pretexto literario que legitima el gran flash-back— para revivir las peripecias de hombres y mujeres de los primeros años 70, en los últimos tiempos de la dictadura salazarista. La multitud de personajes y la cadena de acontecimientos planteaban problemas a la hora de pasar del texto escrito al lenguaje audiovisual, que han sido resueltos con los citados saltos atrás en la narración pero también con los diálogos y con las reflexiones —a veces filosóficas— de quienes participaron en la Resistencia portuguesa.
El eje narrativo descansa en el personaje de Raimund Gregorius —magnífica interpretación de Jeremy Irons—, un profesor de latín en Berna que hace un viaje a Lisboa para redescubrir el pasado —visitando a los supervivientes— en una aventura personal que le servirá también para dar sentido a su solitaria existencia. El sueco Bille August relata los hechos con una palpable corrección académica, con un oficio largamente aprendido pero, pese al fuerte dramatismo de la historia desentrañada, el resultado es demasiado frío y las emociones se exteriorizan con excesiva contención.
Lo mejor de la película, a mi juicio, es que plantea dilemas morales, políticos y sentimentales de hondo calado: en la lucha por la democracia ¿el fin justifica los medios?; ¿hay límites éticos a la hora de vivir un intenso amor?; ¿se debe sacrificar la propia vida antes que traicionar a los compañeros?; ¿prevalece el juramento hipocrático sobre otros deberes cívicos?, etc.
El realizador compone con eficacia y precisión los planos que sostienen la compleja trama de la película, a la que perjudican una excesiva dispersión narrativa y una diluida densidad dramática. Y ello pese a su reparto de verdadero lujo: Tom Courtenay, Bruno Ganz, Christopher Lee, Charlotte Rampling y otros jóvenes actores y actrices menos conocidos.
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