(2) LA LEGO PELÍCULA, de Phil Lord y Christopher Miller.

ÉPICA LEGOAVENTURA
En no pocas ocasiones Hollywood ha trasladado conocidos (video)juegos a la gran pantalla con funestos resultados, por lo que el anuncio de una película basada en el famoso juego de construcción LEGO no auguraba nada bueno. Es por ello que opté, en un principio, por obviar su estreno y dedicarme a otras cosas. Por circunstancias de la vida, finalmente acudí a verla y cuál fue mi sorpresa al disfrutar de una de las animaciones más interesantes de los últimos tiempos.
Lejos de la mediocridad consustancial de este tipo de producciones, con la malograda Battleship (2012) como paradigma de la vacuidad, La LEGO película logra captar la esencia de ese juego de montaje en miniatura con un deslumbrante espectáculo que fusiona géneros como la action movie superheroica, el cine del Oeste y la ciencia-ficción, todo ello condimentado con un ingenioso sentido del humor.
En apariencia, el argumento insiste en convertir un anodino personaje en el salvador del mundo en virtud de una consabida profecía, pero gracias a un sólido guión con varios niveles de lectura el film es un emotivo canto al poder de la imaginación y un enérgico alegato de la actividad de jugar como un acto supremo de libertad. Al igual que otras grandes animaciones, esas que trascienden el simple dibujo animado para niños, La LEGO película entretiene no sólo a su público más joven sino también a los mayores que lo acompañan con un inteligente quiebro final que introduce una inesperada visión adulta de la historia.
La LEGO película despliega ante el espectador un rico y complejo universo construido pieza a pieza, lleno de ideas visuales extraordinarias, combinando la tecnología CGI con una esmerada simulación de stop-motion. Su factura técnica, en ese sentido, se eleva muy por encima de la media alcanzando portes de filigrana. Y se incluyen abundantes referencias cinéfilas y personajes carismáticos con ánimo desmitificador, desde alusiones a las sagas de Star Wars, Harry Potter y El Señor de los Anillos a parodias de icónicos personajes de la editorial DC, configurando un batiburrillo de lo más extravagante y sugestivo: la imaginación no tiene límites.
La LEGO película no podría existir sin el fenómeno de los brickfilms, los pequeños y experimentales videos domésticos rodados fotograma a fotograma por la legión de Legoadictos. La popularización de las cámaras digitales provocó su proliferación, consentida por el fabricante de la marca LEGO siempre y cuando se hiciesen sin ánimo de lucro, llamando finalmente la atención de la industria al descubrir un floreciente nicho de mercado. Corresponde, en última instancia, al espectador, dilucidar si nos encontramos ante un oportuno y gigantesco product placement, un spot disfrazado de película, o un film con entidad propia.
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