(1) THE GRANDMASTER, de Wong Kar-wai.

KUNG-FU DE QUALITÉ
Siempre me resistí a ver y a escribir sobre las películas protagonizadas por Bruce Lee, mítico experto en artes marciales residente en Hong-Kong y afincado luego en Estados Unidos fallecido repentinamente en 1973 a los 32 años de edad, y ahora resulta que debo redactar la crítica de un biopic de quien fuera su maestro, Ip Man —encarnado por el actor Tony Leung—, un rico y culto nacionalista —que se opuso a los japoneses y también a los comunistas—, que acabó perdiendo a esposa, hijos y fortuna hasta hallar refugio en la citada colonia británica. En realidad, The Grandmaster es la crónica, confusa y entrecortada, de dos sagas familiares a lo largo de 30 años, con la mayoría de sus componentes adictos y destacados prácticamente de peleas de distintos estilos y pertenecientes a diversas academias de lucha, con sus clanes, rivalidades, desafíos, competiciones, códigos de honor, etc.
Pero esta épica historia de dos destacados clanes, contemplados en tiempos de esplendor y también de ruina, dedicados a dar contundentes puñetazos y patadas voladoras a sus adversarios, me ha decepcionado profundamente pese a venir avalada por un cineasta tan prestigioso como Wong Kar-Wai —realizador de las imprescindibles Happy Together (1997), Deseando amar (In the Mood for Love) (2000), 2046 (2004) y My Blueberry Nights (2007)—, que no habrá podido resistirse probablemente a la sustanciosa oferta de la industria para que dirigiera un film expresamente destinado a romper las taquillas.
Pero poca diferencia aprecio, en lo esencial, entre The Grandmaster y las docenas de bodrios con Bruce Lee antes aludidos, aunque ahora hay mucha mayor belleza en las imágenes —un envoltorio esteticista que recubre un endeble relato— y una notable perfección técnica en las coreografías y trucajes. Las distintas ramas narrativas del film ubican sus numerosos avatares en un somero y difuso marco histórico que va desde la invasión japonesa de la república china (Mongolia) en los años 30 al exilio masivo de ciudadanos a Hong-Kong tras la Guerra Civil. Apenas unas palabras sobre dos hitos tan importantes como la II Guerra Mundial y la victoria de Mao en 1949.
Película narrada, pues, confusa y entrecortadamente que alterna las luchas con abundantes frases sobre filosofía oriental, terminando el film con una tópica cita de Bruce Lee sobre la importancia de vivir. El rodaje fue muy costoso, tanto en tiempo de rodaje como en dinero, y se intercalan algunos fragmentos documentales de época.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.